Capítulo 3

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Entro en el instituto y todo es exactamente igual que siempre.  Gregor, el anterior bedel grita a Max, su sustituto, sobre lo mal que está haciendo su trabajo y no es que Max no lo escuche porque lleva a "Lacrimosa" tan alto en sus cascos que puedo oír la melodía de Copy cat a tres metros de distancia.  No lo escucha, ni lo ve, porque Max ocupa la plaza de nuevo bedel por defunción, es decir, que Gregor está muerto.  

Concretamente murió hace siete meses de un fulminante ataque al corazón mientras limpiaba los vestuarios masculinos del gimnasio a la vez que maldecía a los sucios y ruidosos estudiantes de Boråsgymnasiet. Esta última afición, la de maldecirnos a todos, la sigue manteniendo a pesar de estar muerto, por suerte para el resto,  sólo yo puedo escucharlo.

Como acostumbro a hacer, paso por su lado sin mirarlo, sin prestarle atención; si no saben que puedo verles, me dejarán en paz. Llego hasta mi taquilla y cojo los libros de español, mi primera clase. Antes de cerrar la puerta de metal me veo reflejada en el pequeño espejo que su anterior propietaria, Filippa Svensson, pegó a conciencia para que mis arduos intentos por despegarlo no surtieran ningún efecto. De hecho, solo logré agrietarlo y mi cara se superpone en dos planos con diferente ángulo haciendo que parezca un Picasso viviente.

No es que me molesten los espejos, es sólo que a veces veo cosas que no me agradan a través de ellos. Puedo con los espíritus, es sólo como ver a gente normal semitransparente andando por la calle. Si no los toco, no hay ningún problema, si lo hago, entonces veré su muerte, sentiré su angustia y no es agradable. De ahí la norma: No mirar, no hablar, ignorar y por supuesto, no tocar. Sin embargo, esas sombras oscuras que aparecen reflejadas en los espejos y que no puedo ver a simple vista, hacen que se me ponga el vello de punta y sienta una extraña angustia oprimiéndome el pecho. No me gustan, y como con todo lo que no me gusta, intento evitarlo.

Llego a la clase y voy a ocupar mi sitio en la segunda fila cuando unas manos blancas y no demasiado masculinas para pertenecer a un chico de diecisiete años golpean unos libros contra la mesa.

—Lo siento cielo, no he traído las gafas y no veré nada desde más atrás,  por supuesto paso de la primera fila. No te importa, ¿Verdad?

Es una de esas preguntas que la gente suele hacer dando por hecho la respuesta, pues su culo ya ocupa mi asiento y ha empezado a limarse las uñas sin prestarme mayor atención; mucho menos esperar mi respuesta.

—No, claro que no.

Avanzo un poco hacia la ventana y encuentro un hueco libre en la tercera fila, me siento y abro mi libro por la página veintiséis. La profesora acaba de entrar vestida con una extraña falda de ante marrón y una camisa blanca estilo victoriano. Pronto empieza a hablar directamente en español y a pasearse por la clase de un lado para otro, es castaña, con el pelo largo y ondulado que en esta ocasión lleva semirrecogido son un lazo ancho negro. Es atractiva y lo sabe, de hecho es la clase donde los chicos se muestran más participativos, a excepción de él.

El chico que se ha adueñado de mi asiento, Lars.

Lo observo desde mi posición y me percato de que tiene un moratón en el cuello, frunzo el ceño. Lars es delgado y no demasiado alto, rubio, con la nariz respingona y los ojos afilados, es más delicado que la mitad de las chicas del instituto, pero también el doble de cínico.  Me pregunto quién le habrá hecho eso y si tiene más y peores heridas por el cuerpo, pues vislumbro un gesto de dolor en su rosto en el momento en el que se le cae el bolígrafo y se agacha para recogerlo.

Nuestros ojos se encuentran cuando vuelve a levantarse y me mira a través de unas gafas negras de pasta RayBan —sí, lo sé, dijo que no las había traído, pero ese detalle no parece importarle demasiado—. Me ha pillado mirándolo y puedo imaginar que la expresión de mi cara denota más interés del que desearía mostrar. Lars sonríe y me habla sin emitir ningún sonido, pero en sus labios puedo leer "que te den".

TRAS EL SILENCIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora