Había pasado. Se habían besado de nuevo, y la verdad, es que Hanie no sabía cómo sentirse respecto a eso. Si lo pensaba durante un rato, le empezaba a doler la cabeza ¿Ellos eran algo? No, ¿o sí? No, que va, ni de coña. Chanyeol le parecía adorable, un buen chico ¿Saldría con el si no fuese el talento de su padre? Posiblemente sí. Pero claro, la vida de Hanie no era perfecta. En ese momento se dio cuenta que sus sentimientos hacia Chanyeol no eran su mayor problema.
No iba a regresar a su casa, ni de coña. Pensó en enviar un mensaje a Yang y pedirle que, si podía quedarse con ella, pero cuando recordó que la chica vivía en una casa con seis personas más se le borró el pensamiento. Ella podía pedirle un favor a Chan o quizá a Minghao. Pero no lo hizo. En vez de eso, antes de terminar su cita con Chanyeol, tuvo la cara y las agallas de pedirle algo.
— Chanyeol, ¿en tu casa hay habitaciones libres? — el chico que estaba aún concentrado con su tarta alzó una ceja.
— Sí, aún hay otras dos libres. — dejó la tarta a un lado tras una última cucharada y la miró de fijo. — ¿Necesitas alguna?
— Sí, ahora no te puedo explicar el por qué, pero por favor confía en mí. – suplico con gesto adorable, que ahora el pelirrojo aceptase.
— Ya sabes que, por mi si, y no creo que a los chicos les importe. — él hablaba con voz dudosa, Hanie sentía que se estaba aprovechando de él.
— Tranquilo solo serán un par de días hasta que solucione lo que mi casa. — el chico asintió. — te lo contaré todo lo que quieras.
— ¿Y me invitarás a otra cita? — la última palabra la dijo en tono bajo y seductor. Ese cambio de connotación le había gustado.
— A lo que tú quieras Chanyeollie.
Él casi se atraganta al escuchar ese apodo. Solo su madre le llamaba así. Se quedó pasmado unos momentos en los que Hanie se dio cuenta de lo que había dicho y se llevó la mano a la boca.
— Perdona, yo no quería incomodarte...
— Tranquila, me gusta que me llames así. —contestó rápidamente Chanyeol para calmar la tensión.
Ambos salieron del café con una sonrisa en la boca. Y a partir de entonces las cosas iban a evolucionar.
Como Hanie se iba a quedar un par de días en su casa, tenía que llevarla a su apartamento para que cogiese lo básico u cosas de higiene personal. No hacía falta que ella le indicase el camino, ya se lo sabía de antes. Iban en el coche en un cómodo silencio. La música que sonaba era de un grupo que le encanta a Hanie, así que lo subió a tope y se puso a cantar como una loca. Chanyeol comenzó a reír al momento cuando vio que la chica de volvía loca cada vez que venía el estribillo.
— ¡Dios! Me encanta esta canción.
Chanyeol se la unió en su cántico. Se pusieron a reír porque él desafinaba a veces a posta y ella gritaba la letra como si fuese el himno de su país. No se habían dado ni cuenta que ya habían llegado a la casa. Ella le dijo que esperase abajo que serían unos minutos de nada y que enseguida regresaba. Chanyeol solo asintió con una sonrisa y dijo un aquí te espero.
La chica subió frenética en el ascensor. Desde hacía mucho no estaba de tan bien humor, y todo por el ¿Como narices podía pasar eso? Aun así, eliminó el pensamiento cuando entró en la casa y vio a su hermano en el sofá. Cuando levantó la vista y la vio, saltó del sofá como un resorte.
— Joder Hanie, ¿dónde coño estabas? — su hermano la cogió fe los hombros, nervioso. Tenía incluso ojeras. — ayer cuando llegue no estabas y cuando me he despertado tampoco. Tenemos que hablar de lo que ha pasado, mamá y papá...
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Unlucky [PCY]
Fiksi PenggemarPark ChanYeol, líder de Unlucky, creía que su vida estaba solucionada después de firmar el contrato con la agencia de AMP Récords, una de las discográficas más famosas de Corea del Sur. Ahora pensaba que su vida y la de sus cuatro amigos iba a ser...