¿Qué harías si te enteraras que tu amor de verano, no es nada menos que... tu nuevo profesor?.
Aimee, es una estudiante normal de la universidad Lion State, a la cual, las cosas se le ven muy complicadas, cuando por cosas del destino descubre que e...
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⌠Cita doble⌡
Mis ojos no se despegaron de él. Seguí su recorrido hasta llegar a una de las mesas del local.
Al momento en que me percaté, de que había venido hasta este lugar para reunirse con Isabella, mis celos se descontrolaron. O sea, ¿por qué estos dos salían juntos?, ¿acaso eran tan cercanos?, y si era así... ¿desde hace cuánto tiempo se conocían?, me sentía demasiado confundida.
Luego de una pequeña crisis de nervios, traté de tranquilizarme. Me dije a mi misma, que quizás ellos solo estaban saliendo como compañeros de trabajo, eso era normal, no era necesario que explícitamente ellos tuvieran una relación.
A los pocos segundos volví mi vista a la entrada del local, cuando vi a Joon ingresando al local. Eso era bueno, no quería que Donghae me viera sola. Respiré profundo y luego me giré para poder ver a Hae otra vez.
Esta vez, mi corazón se detuvo. Ellos estaban sentados frente a frente, Hae tenía su mano encima de la mesa, mientras que la de Isabella se encontraba posada en la de él, dándole algunas caricias. Ay no... al parecer es lo que temía.
Con el corazón un poco desilusionado, me paré de la mesa. Quería salir corriendo, antes de que ellos me vieran, no quería que Hae viera mi cara de dos metros, pero de pronto Joon me detuvo tomándome del brazo.
—¿Aimee, a dónde vas? —interrogó confundido.
—Necesito salir de aquí.
Señalé volviendo a caminar, tratando de soltarme de su brazo.
—¿Segura?, no te ves bien... —mencionó esta vez tomando mi mano—. Ven, vamos a sentarnos.
Siendo sincera, no tenía las fuerzas para pelear con él, por lo que, solo deje salir un pequeño suspiro y me deje guiar por él.
Al sentarnos en la mesa que yo estaba antes, Joon me acercó mi trago que estaba a medio terminar y se limitó solo a obsérvame por algunos segundos, respetando mi espacio. Volví a dar unos sorbos de mi vaso y al cabo de un rato, él se atrevió a hablar,
—¿Te sientes mejor?
—Si... eso creo —mis palabras no sonaron muy convincentes.
—¿Se puede saber que ocurrió?, ¿por qué te ibas de esa forma tan repentina?
—Nada de qué preocuparse Joon —susurré para quitarle importancia al asunto—. No me prestes atención.
No tenía ganas de dar explicaciones y él ya se había percatado de aquello.
—Está bien... pero ¿sabes que me puedes contar lo que sea?, ¿no? —señaló.
—Lo sé —musité.
—Bueno... Por cierto, ¿aún no llega Cloe?
Abrí mis ojos de par en par, cuando recordé la existencia de mi prima.
