No soy la primera opción de nadie.
No tengo una mejor amiga, ni un número con ninguna de ellas.
Tampoco tengo con quien poder hablar todo el rato.
Si bien tengo amigas, siento que en el fondo no lo son.Soy ese cero a la izquierda que observa en soledad al resto de los números de la derecha.
Esa primera hoja de otoño que cae y nadie se da cuenta.
Nada. Ese debería haber sido mi nombre. Nadie. Mi apellido.Que irónica que puede ser la vida.
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Cartas de una moribunda
PoesíaEl amor es una fría batalla a muerte. Nuestro deber es huir de él, pero es gracioso que, cuando esté nos alcanza, nos volvamos unos masoquistas que queremos más. Iré subiendo lo más profundo de mis sentimientos... es hora de abrir un poco el corazón.