VII

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EL CAPÍTULO TIENE CONTENIDO SEXUAL. 

Aclaro que es la primera vez que escribo...esta..clase de cosas (no se como llamarlo). 

ESPERO QUE LO DISFRUTES.






-Repítelo.- Ordena.

En cuanto dije lo último, el amo se a quedado inmóvil con la mano en la manija. 

Sin soltarle el brazo, apenas audibles, le digo las palabra que quiero escuchar.

-...lo necesito...

-¿Qué ahora te da pena?. Dilo más fuerte.

-¡Lo necesito!.

"Jamas pensé que diría algo así...a él. Me salió en el momento, pero si con eso hago que se quede, aguantare la vergüenza."

No tengo que verme en un espejo para notar que mis cachetes están pintados de rojo.

Él amo me mira y muestra una sonrisa caprichosa, llena de narcisismo. 

-Qué divertido es escucharte decir eso esclavo.- Habla  mientras pellizca uno de los mofletes.- ¿Tanto miedo te dan las pinturas?.

-No me dan miedo... todas. Hoy me encuentro algo paranoico, es difícil de explicar.

-mmm...Si quemo los cuadros ¿estarás tranquilo?.

-No creo eso sirva de algo... sólo quédese conmigo. Pero lejos de aquí, este cuarto me da miedo.

"Tengo la impresión que los retratos me siguen con la mirada."

-Entonces vámonos.  Apaga el fuego.

Le ponga cenizas a la chimenea y corro atrás de él.

-¿ A donde vamos?.

-A donde crees, tu cuarto está arriba. Te acompañare en tu lecho hasta que te duermas, pero solo por está vez.

"¿Vamos a la torre?, ¡no!, ¡debo impedirlo!, mis pequeñas aves, las va a encontrar."

- ¡No quiero ir arriba!.

-¿Por qué no?.

-Porque....Ir allá empeoraría las cosas. Ahí fue donde empezó el ataque de pánico, si vamos y no logro controlar el miedo, soy capas de tirarme por la ventana.

El amo me analiza con la mirada, algo confundido. 

"Por favor que se lo crea, por favor que se lo crea, por favor que se lo crea..."

Se lo piensa por unos segundos pero al final se jira y camina para el otro lado.

-¿Amo?. ¿a donde...

-Tú sólo sígueme.

Intento caminar a su lado, pero es algo difícil considerando que un paso suyo equivale a tres míos. Cansado de hacerlo esperar, me jala del brazo para que tome su ritmo. Pero aun así no puedo evitar tropezarme varias veces hasta llegar a su habitación.

-Amo no hace falta que estemos aquí.

Frustrado se soba la frente  y me dice:

-No quieres estar en la sala, no quieres estar en tu cuarto y ahora no quieres estar en el mío. Tus demandas me están empezando a molestar.

-Lo-lo siento, solo pensé que no se sentiría cómodo compartiendo la cama conmigo.

-Tienes razón y es por eso que tu dormirás en el suelo. Toma.

Frankenstein-LGBT-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora