Prólogo

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Enero 17, 2008

JiHoon, con apenas 8 años cumplidos llegó a su nuevo hogar, una nueva unidad habitacional que se terminó de construir el año pasado, con pocos habitantes a decir verdad, donde empezaría una nueva vida, realmente él no quería mudarse, pues, primero que nada, en el anterior departamento había tres habitaciones, ahora tendría que compartir habitación con...

—Quítate de en medio si no vas a pasar.

El castaño miró con una mueca a su hermanastro, JiHo ya formaba parte de la familia cuando llegó a la vida, a pesar de que se enteró que no eran hermanos del mismo padre —y él lo era del segundo matrimonio —lo quería como su hermano de sangre, pero lo presentaba como su medio hermano a pesar de que todos le decían que si eran hijos de la misma madre eran hermanos, él consideraba eso si eran del mismo padre ya que bueno...ellos son los que "apuntan y disparan" —así lo dijo cuando tenía apenas 5 años (recibió un fuerte zape por parte de su abuela, y eso que no dijo que lo escuchó por parte de su padre).

—Si tanto te urge pasar, pasa, la puerta está muuy ancha.

JiHo puso los ojos en blanco y pasó dándole un ligero empujón entrando al edificio. JiHoon bufó y se adentró al edificio A.

—¿Cuál dices que es el departamento?

—102 subes las escaleras y es el primero a la derecha.

Al llegar, su hermano estaba recargado en la pared, su madre sonrió revolviéndole el cabello mientras abría la puerta del departamento. Ahí estaba, su nuevo hogar —ya amueblado — con sus dos habitaciones y dos baños.

—¡Pido el baño chico!

—¿Qué? ¡No puedes escoger el baño! ¡Es para todos! —Se quejó JiHoon

—Oh, no sé de que te quejas, es el que tiene ventilador ¿lo vas a usar? No, ¿verdad? Al principito le molesta el sonido que hace el ventilador.

—JiHo, no le hables así a tu hermano.

El mencionado rodó los ojos y se encaminó a lo que sería su alcoba, la cual compartiría con su hermano menor. Al entrar, pudo notar como el mayor ya había ocupado la cama de abajo de la litera, así que puso su pequeña mochila en la cama de arriba y se recostó en la cama de al lado, que supuestamente era para visitas, pero prefería dormir al lado de la ventana por hoy.

—Bueno, ahora que vamos a compartir habitación, no quiero oír tus asquerosidades, degenerado.

—¿A qué rayos te refieres?

—Bueno, me dijeron en la escuela que a tu edad comienzan tus cambios hormonales y cosas feas y pervertidas.

—Idiota. Mejor preocúpate por escoger en cual de las dos primarias te van a inscribir, oí que una de ellas tiene mala fama.

—¡No es justo! Mí papá me había prometido terminar la primaria, ahora no veré más a mis amigos.

—¡Oh cállate! A mi tampoco me dejaron terminar la secundaría, me van a mandar a la escuela que trabaja tu papá, ¡me va a tener vigilado! Además, vas a terminar tercer grado.

—Bueno, si te dejaban en esa secundaria, sería un milagro si te graduabas, no sé que problema tienes, eres muy inteligente JiHo, no sé porque empezaste a reprobar materias de a gratis, lo pudiste haber evitado. Pero por tu culpa me cambiaron a mi.

—¿Sabes? Para tener solo 8 años eres muy metiche...Pero bueno, si de algo te sirve, eres un buen chico, no va a costarte hacer amigos.

Ambos chicos sonrieron, dando por terminada la conversación.

Del edificio de enfrente [Taepyo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora