n u e v e

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Era lunes por la mañana y realmente le jodió la idea de que si ese día fuera uno normal como los de las semanas pasadas, no tendría que trabajar, pero en cambio, tenía que levantarse, bañarse y alistarse porque Lisa se iba a ausentar ese mismo día por cosas personales, y como la chica se había encargado de atender la cafetería ella sola la anterior vez que a YuGyeom se le dio por nuevamente fingir una enfermedad, se aprovechó un poco de ello y le llamó el día de ayer preguntándole si podía cubrirla para que ambos estuvieran a mano. El menor con toda la pereza encima, aceptó y solo se encontró feliz porque sería el primer lunes de trabajo que pasaría junto a BamBam.

Pero lo peor era que no podía levantarse de la cama y se encontraba maldiciendo internamente a JinYoung en todos los idiomas posibles, aunque realmente no debía quejarse, no había sido tan duro con él pero, en cambio, a un principiante siempre suele dolerle y sus piernas no se podían ni mover por la fuerte presión que sentía allá abajo.

El pelinegro había sido bueno en un principio y fue delicado con él a comparación de como había oído a las personas decir que tener relaciones con completos desconocidos es muy doloroso ya que ellos ni siquiera sienten pena por ti. Ahora que lo veía mejor, JinYoung se comportó y le entendió. Incluso le llamó bebé.

Sí, definitivamente YuGyeom solo estaba exagerando las cosas. El pelinegro no había sido malo con él, solo era su maldito cuerpo de niñita que no podía aguantar nada.

El azabache rió sólo por sus ocurrencias, ya que maldita sea, había perdido la virginidad el día de ayer y quería poner excusas a su dolor. Que idiota.

Magníficamente tuvo la idea de fingir que le dolía el estómago para poder faltar hoy a su nueva jornada de trabajo, pero recordó que ya había salido temprano con esa excusa tratando de huir de JinYoung, el viernes pasado faltó para organizar la fiesta de su mejor amigo y no podía defraudar a Lisa de una forma como aquella, ya era demasiado y todos comenzarían a sospechar de sus mentiras.

Realmente se negaba a ya no asistir o si no se quedaría sin trabajo. Era lo único que le mantenía aún con vida si lo pensaba bien, no ganaba mucho dinero pero gracias a ello se encontraba sano y en un lugar cómodo donde dormir. Y realmente tenía que agradecer mucho a sus amigos que le cubrían para callarse la boca y no contarle de sus faltas al supervisor, aunque en cambio, SeokMin le advirtió la anterior vez que si llegaba a tener una falta más, esta vez sí que le diría al jefe porque Lisa y él tenían que encargarse de la cafetería completa y era un jodido peso encima que tenían que aguantar desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde.

El menor se frotó los ojos con cierto cansancio, se quedó viendo al techo blanco unos diez minutos y después logró levantarse, tomó un baño caliente para poder relajar su cuerpo adolorido y talló con cuidado los chupetones morados que tenía alrededor de su cuello mientras soltaba leves gemidos de dolor.

Cepilló sus dientes y se comenzó cambiar sobre eso de las ocho menos veintitrés, cocinó algo de ramen en el microondas y lo comió rápido para desconectar su celular que estaba cargando, así viendo que ya eran las ocho menos cinco y llegaría tarde al trabajo.

Se echó algo de agua en la cara tratando de ahora despertarse aún más, y antes de tomar las llaves del departamento, tuvo un debate rápido con su cabeza en cuanto vio el sobre que JinYoung había dejado ayer en la mesa y no sabía si tomarlo o dejarlo por si algo se le ofrecía.

Después de todo, lo tomó y mientras iba caminando por la calle, se lo dio a una niña que pedía para comer que se encontraba fuera de una de las tiendas que abrían las veinticuatro horas. Claro que mucho antes revisó el sobre para ver si JinYoung no había dejado una nota muy subida de tono que lograra espantarla.






Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora