t r e i n t a y s i e t e

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—Hola, mi cielo. —habló alegremente la mujer atraves de la llamada.

—¿Suegra? —Mark enfatizó desconcertado, produciendo la pena en lo cortante que se pondría su voz en sólo segundos.

No sabía si quiera por qué le había llamado así.

—¿Cómo has estado?

Suspiró algo melancólico, evitando que aquellas muecas invadieran sus labios. —Bien, muy bien. Lamento lo del otro día en la cena, al final no pudimos ir... porque... ya sabe cómo es JinYoung... vive ocupado.

El rubio no sabía en lo absoluto si la mujer se había enterado de su separación de Park, igual no es como que esperara que lo supiera, sólo que si lo sabía, sería un descaro total.

Conocía a JinYoung pero, ¿tan hijo de puta podía llegar a ser como para contarle a su madre que estaba con otro ya y por eso le había dejado? Mark de inmediato sintió punzadas en su corazón y a sus piernas flaquear. Este tema seguía trayéndole problemas, no hacía más que ponerle mal.

Y así fue.

—Cielo... JinYoung sí apareció... —la madre de Park contestó con timidez, con los nervios corriendo sin cesar por cada una de sus células, gran parte de ellos llenos de furia. —Y ya conocí al capricho que trae.

La mujer se sintió mal, pensó que había perdido el hilo ahí puesto porque Mark no contestó más. Sólo se oían sollozos del otro lado, posiblemente el cómo agarraba grandes bocanadas de aire y varios suspiros que ocasionaban el pesar en la madre.

¿Que cómo se sentía? No entendía el por qué JinYoung se comportaba así, lo había criado bien. Siempre le faltó la imagen paterna a su lado pero supo reponerse después de unas cuantas terapias, ¿por qué buscaba obtener dolor de otros? ¿Por qué quería destruir a quien más estuvo para él cuando su familia se encontraba en la mismísima miseria? Enserio que no lo entendía, porque ante sus ojos, no existía otra persona que lo amara con tanta lealtad y sinceridad como lo hacía Mark Tuan.

—No sé qué fue lo que hice mal...

—Nada, tú no tienes la culpa. —la mujer trató de excusarse rápidamente, queriendo estar a un lado del rubio para poder prestarle su hombro. —Mi hijo es un imbécil, pero no te preocupes, el niño ese no le va a durar ni dos meses.

Mark dudó, aún la franca idea de meterse en la cabeza que JinYoung estaba detrás de YuGyeom, le era difícil asimilarla, pero fácil de creerla después de tantas escenas donde su presencia sobró. —No lo sé, lo ví muy decidido...

Tuan debía admitirlo, por más que le pesase aquello y rompiese su corazón en dos al recordarlo, no podía permitirse destruirle la felicidad a JinYoung si es que YuGyeom se la daba. Sabía lo brusca y poco consciente que era su madre respecto a estas cosas, seguro haría lo posible para regresar a Park a su vida.

—Cariño, yo lo he aguantado desde niño. —insistió, Tuan sólo secó las lágrimas de sus ojos. Nadie realmente conocía al verdadero Park JinYoung. —Yo lo conozco, no van a durar, además el niño ese de seguro ni sabe lo que quiere, es como cualquier otro adolescente de estos tiempos, les gusta lo prohibido, pero al final de todo se va a aburrir de él. Y te lo aseguro, JinYoung va a regresar contigo arrepentido. —Mark hizo un sonido un tanto extraño, dudoso de los cálculos y expectativas que la mujer tenía sobre su propio hijo. No respondió. —Bueno, para lo que te hablaba... JinYoung va a tener algo importante en su trabajo-

—El ascenso a la presidencia de la empresa. —el rubio completó, sintiendo nuevamente aquella sensación de picadura sobre su garganta.

—Sí, creo que sí. —la mujer contestó. —Creía que JinYoung había jurado no volver a hablarme pero recibí una invitación para el evento y-

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora