d i e c i n u e v e

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Hoy la cafetería se encontraría cerrada gracias a que los supervisores revisarían la calidad del local, o algo así había explicado SeokMin el día de ayer. Se encontraba tan estresado que optó por dar el día libre para que no estuvieran estorbando en la inspección que harían.

El menor se acercó más al cuerpo que se encontraba echado a un lado de él, sintió la mano del contrario pasar por su cabeza y contraerlo más cerca, pasó sus brazos alrededor de la cintura del cuerpo contrario y abrazó a éste para entrar en calor.

—Pareces un bebé cuando duermes. No soy tu oso de peluche, ¿lo sabías? —el mascullado entre dientes le hizo abrir los ojos de repente, acción que en parte cuando el contrario se dio cuenta de su acto y en respuesta para no tratar de alarmarlo un poco, acarició la parte baja de su espalda.

—Tengo frío y estoy cansado. Déjame dormir. —respondió apretando su agarre al cuerpo contrario.

—YuGy, tengo cosas qué hacer. No podemos quedarnos aquí todo el día. —dijo ganándose un quejido de parte del menor. —Vamos, además me estoy cansando de tus abrazos.

—Bammie. —respondió haciendo un puchero con sus labios. —¡Es muy temprano! Ni cuando tenemos trabajo te levantas prontamente.

—Estaba empezando a morir de calor gracias a que te duermes abrazándome. —removió los brazos del menor y con dificultad, se levantó de la cama. —Necesito ir al baño, ahora regreso.

Vio al peligris correr en dirección al baño, así que aprovechó a revisar las notificaciones de su celular. Algo bueno de que tenía el día libre era el que podía asistir a su clase de baile; entre las visitas inesperadas que llegaba a darle JinYoung, o a los días de trabajo había dejado de asistir, JungKook le mandaba un mensaje para saber qué tal se encontraba por lo menos unas dos veces a la semana. Y aprovechando que hoy no trabajaría, sería buena idea ir unas horas a practicar.

Revisando sus mensajes recibidos, la mayoría siendo de propaganda de artículos inservibles, vio un mensaje que sí era de su atención.

Daddy.

Yo paso por ti después de tu clase.
Enviado 7:34 a.m.

El castaño quedó durante unos minutos pasmado con su móvil que ni siquiera fue consciente de cuando éste fue arrebatado de sus manos, tirado a un lado hacia el hueco vacío de cama y un gran peso fue puesto encima sobre su cuerpo. Las largas y delgadas piernas de su mejor amigo posándose a cada lado de su cadera, sus manos tomándole firmemente de los hombros y sus rostros a sólo escasos centímetros, provocando que ambas respiraciones chocaran, se mezclaran en el acto y tragaran saliva involuntariamente.

El peligris se acercó hacia sus labios, entreabrió los propios y el adolescente por mera inercia, cerró sus ojos, concurrió a que el tailandés se había encargado de cepillar sus dientes ante su aliento francamente ameno, por ello, apretó sus manos en unos puños, sintió su corazón latir acelerado por segundo, su respiración se notó débil en el trance.

Y BamBam le besó.

Sus labios chocaron, ninguno se movió, sus cabezas no se toparon y el simple hecho de sus belfos tocándose, hicieron a YuGyeom abrir sus ojos de golpe, alejar al tailandés que estaba sobre su cuerpo, levantarse rápido de la cama y pasarse una mano por sus labios con la intención de eliminar los rastros de saliva de su mejor amigo a pesar de los cortos segundos que estuvieron juntos.

El menor aclaró su garganta, se pasó una mano por su pijama, levantó su vista, miró al crío que le veía con tono burlón desde un extremo de la cama mientras se pasaba una mano por su pelo, limpiaba sus labios igual en el suceso y teniendo un gesto socarrón sobre su rostro.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora