s i e t e

3.2K 355 96
                                    

JinYoung entró exactamente a los cinco minutos al cuarto de limpieza y se sintió como un jodido campeón en cuanto pudo visualizar a YuGyeom con los brazos cruzados en una de las esquinas de la estrecha habitación. Temía por llegar y tener que esperar media hora dentro del lugar con la esperanza de que un niñito estúpido entrara por la puerta. Le humillaría si le dejaba plantado.

—Estaba claro que ibas a ser puntual. —El azabache le reclamó de repente. —Eres el novio perfecto, no fallas en nada.

—¿De qué estás hablando? —dijo mirándolo extrañamente y con cierta amenaza. —¿Ya estás empezando a sentir celos de Mark? —soltó una carcajada un tanto sonora.

El pelinegro comenzó a acercarse al menor como si de una presa se tratara y él fuera el cazador. Le era conveniente que el pequeño cuarto fuera así de angosto, YuGyeom no se podía mover lejos de él y en solo un cerrar y abrir de ojos, ya lo tenía acorralado y a su merced nuevamente.

—¿A qué te refieres con el novio perfecto? —susurró muy acerca de su boca haciendo que ambas respiraciones agitadas se mezclaran. —Tú no estás en posición de encelarte. Tú eres un pasatiempo.

El economista comenzó a repartirle besos en su clavícula para minutos después ir descendiendo poco a poco por su cuello. YuGyeom intentaba zafarse del agarre de JinYoung pero era inútil, los suaves besos que le dejaba lo debilitaba.

Malditas hormonas.

—Qu-Quiero decirte algo —el castaño hablaba de forma entrecortada y con sus ojos cerrados. —Para por favor.

JinYoung se detuvo en su cuello dejando sus labios pegados un pequeño lapso de tiempo, cuando se separó, YuGyeom soltó un pequeño gemido y pudo visualizar el hilo de saliva entre su cuello y los labios de JinYoung. Eso dejaría una marca.

—Que sea rápido, no tengo tiempo para tus estúpideces. —soltó mientras limpiaba el rastro de saliva. —Solo te dejo en claro que no tengo ninguna intención de dejar a Mark por alguien como tú.

Está confirmado, Park JinYoung es un idiota.

Si las miradas mataran, el pelinegro ya estaría varios metros bajo tierra, YuGyeom se estaba aguantando las ganas de matarlo ahí mismo. En estos momentos, sus puños entrecerrados no ayudaban en nada y su furia le evadía el cuerpo por completo.

—Eres un egoísta, ¿es qué no te pones a pensar en lo que sentiría Mark si se entera? —El menor estaba demasiado enojado y le molestaba que JinYoung no le tomara en serio. —¿Qué sentirías si él te hiciera lo mismo?

La mirada de JinYoung se ensombreció y YuGyeom trató de moverse de su lugar para mantenerse alejado del economista, antes éste ultimo logró tomarlo por el brazo impidiendo que se moviera.

—Ese no es tu problema, así que es mejor que te calles. —presionó más su agarre. —Y si de lo que querías hablar era esto, mejor ahórrate tus palabras que yo no dejaré que un niño estúpido me diga qué está bien y que no.

—Vete a la mierda. —escupió el menor. —Yo no quiero ser parte de esto y tampoco dejaré que un cretino me diga qué hacer.

JinYoung le tomó por el cuello de un tirón y le hizo retroceder hasta pegar con la pared.

Lo estaba mirando directo a los ojos con su ceño fruncido.

—Si que eres estúpido. —forzó más el agarre en su cuello. —Ahora deja tus tontas ideas y harás lo que te diga.

JinYoung acercó más sus rostros y lo besó de forma salvaje como si de un castigo se tratase, o al menos al principio el castaño lo sentía así.

Él en verdad ya quería parar con todo este lío pero cada vez que tenía a JinYoung así de cerca, se convertía en un adolescente calenturiento y terminaba cediendo a todo lo que hiciera y dijera ese pelinegro egocéntrico.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora