Call Me Daddy || JinGyeom

c u a t r o

—¡¿Cómo está el chico?!

Habló Mark impaciente desde la otra vía telefónica hacia BamBam.

El rubio se encontraba preocupado ya que el pelirrojo ni siquiera le había informado algo acerca de la salud de YuGyeom, ni una llamada intentó y menos mandarle un mensaje por si no quería sacar su voz. Así que ahora mismo a mitad de la noche se encontraba llamándole, sentado en cuclillas en su baño impaciente para que BamBam respondiera rápido, agregándole todavía la desesperación que tenía para que JinYoung no se despertara, quien estaba muy placido durmiendo en la habitación que comparten ambos y hace unos minutos le abrazaba muy cariñosamente de la cintura mientras soltaba cortos suspiros de su boca.

—¡¿Cómo está?!

Repitió una vez se percató de que ya llevaban quince segundos de la llamada y BamBam ni siquiera se le daba por responderle a pesar de que haya aceptado la llamada.

—Bien... supongo...

Respondió dudoso mientras rascaba su nuca un tanto nervioso.

—¿Qué?

—No lo sé realmente.

Bufó.

—¿No lo llevaste al médico?

—Iba a hacerlo, pero-

—¿Pero?

—Déjame hablar.

—BamBam, te lo dije.

—Mark-

—¿Qué tal si está vomitando ahorita?

—No cre-

Le cortó nuevamente.

—¡Se sentía mal y no lo llevaste a que lo checaran!

—Pero entiende...

—¿Qué esperas para decirme una de tus excusas?

—No-

—¿Había descuento en la tienda Gucci y tuviste que parar a comprar el abrigo que tanto me rogaste que te comprara, verdad?

—No es eso, mira-

—¡Eres un mal amigo! ¡Ya dime lo qué pasó!

—Te voy a decir-

—¡Como me salgas con que verdaderamente es lo de ropa Gucci juro qué-

—¡Si te callas podré decírtelo!

—¡Hazlo entonces!

Se sobó la sien frustrado pensando en que a BamBam no se le podía pedir ni un favor.

—Le dije pero me ignoró totalmente, así que pensé que sería buena idea dormir en su departamento para cuidarlo aunque sea un poco, ¡pero me cerró la puerta en la cara en cuanto le pregunté por lo de su estómago! —bufó nuevamente. —¡No entiendo que le pasó, yo fui bueno con él! ¡Le pregunté y solo caminó directo a su departamento!

—¡Deberías haberlo llevado, idiota! No sirves para nada.

Gruñó entre dientes.

—¡¿Cómo querías que lo hiciera!? Me ignoró todo el camino.

—¡Podrías haberlo cargado!

—Me rompo antes de hacerlo.

—¡Estamos hablando de la salud de YuGyeom, BamBam!

Espetó.

—¡Y yo de la mía!

—YuGyeom es importante aquí, ¡es como un niño!