20. Paseo

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Después de aquel mensaje de Gustavo, quedamos en encontrarnos hoy a comer un helado o a pasear por ahí. No conoce mucho la ciudad y creo que no soy una mala guía.
Bajo las escaleras con paciencia y me encuentro a mi madre vestida como si fuera a salir también.
—¿A dónde vas? — se apresura a preguntar mi madre. 

—Iba a preguntarte lo mismo— me arreglo la bufanda en el espejo de la puerta— Yo voy a comer un helado con una amiga que no veo hace tiempo. 

—Yo estoy yendo para el hospital... 

—¿Tan arreglada vas al hospital?— pregunto con una ceja levantada. 

—Sí es que, voy a ver qué tal han salido mis exámenes oncológicos. No es nada grave, es bueno hacértelos por lo menos una vez al año. 

—Me parece bien— le sonrío

—Bueno, ya voy. No demoro— se despide de mí con un beso y espero a que pase un buen rato para después salir.

Paso por el hotel en donde está hospedado Gustavo y le mando un mensaje para notificarle que estoy aquí. 

* No desesperes, ya bajo. 

Después de tres minutos, lo vi de nuevo. Esta vez se nota más bronceada su cara, está con una camisa de un solo color que combina perfectamente con sus zapatos y su correa color café.
—¿No sientes calor con esa bufanda encima? — es lo primero que dice al saludarme con un beso en la mejilla.
—Más tarde hará frío, así que es para prevenir. ¿Vamos a caminar por ahí? — asiente con su típica sonrisa y echamos paso por las calles de mi ciudad.

Pasamos por el enorme malecón que bordea el mar y sentí la suave brisa chocar con mi cara descubierta. Gustavo iba a mi lado izquierdo y de vez en cuando me miraba curiosamente.

—¿Por qué no dices nada? — dice después de cinco minutos

—Pensé que no querías que hable— le respondo dándole una breve mirada

—Claro que quiero que hables...Estoy acostumbrado a la ___ que siempre paraba hablando.

—¿Yo siempre paraba hablando? ¿No te estarás confundiendo? — frunzo el ceño

—Claro que no me confundo, si hasta parece que fue ayer que nos hemos conocido. — responde y gracias a eso empiezo a recordar todo lo que pasó hace exactamente dos años con él.

—Si tú lo dices— trato de disimular evadiendo su mirada.

—Es muy pequeña tu ciudad.

—Comparándola con Sao Paulo, sí. Lo bueno es que todo me queda cerca que hasta a veces me voy caminando al trabajo.

—¿En serio? — pregunta y yo asiento con la cabeza— Entonceeees....— se gira para ponerse delante de mío y empezar a caminar de espaldas, cosa que hace demasiado rápido que me hace un pequeño saltito del susto— ¿Por qué no me muestras en dónde trabajas?

—¿Quién quiere ir al trabajo cuando se está de vacaciones? — me alzo de hombros negando con la cabeza— Es aburrido, en serio. No hay muchas cosas por ver en un edificio donde hay puros abogados trabajando para otros abogados. ¡Te vas a caer! — grito  y él me agarra del brazo

—¡Ay! — voltea rápidamente para ver lo que había detrás y me mira como si fuera un niño que ha hecho una travesura.

—Me confundí— le sonrío y seguimos caminando

—Pero, ¿por ahí hay un café o algún lugar donde sirvan algo caliente? Tengo mucho frío y no me acostumbro a estar en lugares que no sean tropicales.

LOCA POR ÉL II: Destinos encontrados (Gustavo Daneluz y tú) -CANCELADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora