Narra Martina:
—No puedo entender que me estén haciendo esto a mí y no a ti.
—Tranquila, tal vez es por algo importante.
—¿Y acaso mis vacaciones no lo son? Esto sólo tiene un nombre y se llama ¡In- jus- ti- cia!
Sí señores, esa soy yo hablando por teléfono con mi mejor amiga mientras voy en camino a mi trabajo en vacaciones preguntándole si a ella la habían llamado también.
"Es por una emergencia" Me dijeron cuando me llamaron y me interrumpieron de mi plácido sueño. ¡Qué les costaba llamar a las 12! ¡Ya faltaba una hora más para despertarme! Estoy cansada de este trabajo en donde si no eres el jefe, te manejan peor que trapo de cocina. Pero nada hago enojándome, algún día seré millonaria y me reiré de todos ellos en su cara, já.
—¿Ya llegaste?
—Estoy por llegar. Dicen que me pagarán el taxi
—¿En serio?
—Y tienen que hacerlo porque yo no traje ni un poquito de dinero. — veo que en la puerta está Gabriel, uno de los secretarios del jefe y abre la puerta trasera del taxi para que pueda bajarme.
—¿Cuánto te cobró?
—Cinco dólares— miro de reojo a Gabriel, quien de verdad está pagando el taxi. Espero a que termine y camino con él hacia los ascensores.
—El jefe está molesto, no son los únicos documentos que se han extraviado— me comenta el chico de terno azul.
—Pues no es mi problema que se hayan extraviado. Semanas antes yo ya los había enviado con mi secretaria.
—Sí, pero por la culpa de uno...
—Pagan todos— completé el refrán que ahora odio con todo mi ser. Hice una maniobra con mi brazo para ver la hora en mi reloj. —¿Desde qué fecha tengo que reenviar?
—Desde agosto de 2019
—¡¿Agosto?! ¡¿Hasta a qué hora piensan que voy a estar aquí?! — El ascensor se abre cuando llega al piso de la oficina, yo me adelanto para salir, bajo la voz y trato de mantener toda la serenidad posible cuando veo que hay personas afuera— Está bien Gabriel, trataré de mandártelos lo más pronto posible— le doy una sonrisita falsa y él hace una mueca. Saludo a Victoria, que también tuvo que venir por el percance.
—Lo siento mucho por hacerte venir, deberían de respetar nuestras vacaciones— trato de excusarme o más bien, excusar al culpable de que se hayan perdido esos documentos.
—Así es el trabajo— ella me sonríe y yo le devuelvo el gesto. Entro a mi oficina y me derrito cuando me siento en mi sillón de cuero negro. Qué cansada estoy, y eso que no he hecho nada.
Enciendo el computador y mientras espero a que se inicie, contesto los whatsapp que me han enviado hoy.
—A ver, ¿cuántos fans me han escrito hoy? — digo subiendo y bajando mi dedo índice de la bandeja de entrada— ¿Nadie? Bueno... ellos se lo pierden. Dejo mi celular en la mesa y empiezo con el trabajo vacacional.
Después de treinta minutos de estar viéndole que viéndole los documentos de algunos casos antiguos y mandándolos a imprimir, recién me llegan al celular tres mensajes seguidos.
—Ah, eres tú— susurro mientras entro a su chat
*Oye guapa 😏
*Hola ❤️
*¿Cómo amaneciste hoy?
*¿Estás en tu casa?
Ruedo los ojos por el último mensaje. ¿Qué le importa?
+ ¿Y a ti qué te importa si estoy en mi casa o no? 😒
*Porque quiero irte a visitar, pues
+Aún si estuviera en mi casa no te dejaría entrar 😒😒
*¡Hey! ¿Por qué?
+Porque no
*¿Y en dónde estas, entonces?
Y, con mucha confianza, levanto mis dos piernas en la mesa (que no es mía pero la utilizo yo) y le tomo una fotografía a mis pies cruzados.
+Aquí, haciéndola de jefa 💅
Cómo me gustaría que eso fuera real...
*Así que estás de jefecita 😏
*¿Puedo ir a molestarla un rato?
*Prometo traer lo que sea+¿Lo que sea? ¿Inclusive comida?
*Sí, nena 😏
+Ah, entonces ven.
Por lo menos hoy no estoy gastando plata, eso es bueno.
Seguí revisando e imprimiendo los documentos perdidos en el otro lado el mundo, cuando de pronto, mi secretaria entra.
—Señora Martina, hay...
—Señorita— la corrijo inmediatamente
—Señorita...hay un hombre que quiere verla, es un chico que se llama Thomaz.
—Déjelo pasar— hago una señal con la mano y éste entra cerrando la puerta— ¿y mi comida?
—No podía traer algo que no quieras o no puedas comer.
—Qué precavido. Pero puedo comer de todo así que, ingéniatelas.
—Veré que puedo conseguir— se levanta con una amplia sonrisa que me es imposible evitar corresponder, sale y yo doy un suspiro.
¿Y eso por qué?35 minutos después...
—Yaaaaa está— el chico entra con dos grandes bolsas blancas y las coloca sobre la mesa
—¿Qué cosa es?— busco entre la bolsa rápidamente, sushi. —Hace mucho tiempo que no como sushi; hiciste bien. —busco si hay cubiertos o palitos o cualquier cosa para poder comer el sushi y empiezo a comer sola.
—Oye, tranquila... Respira— él me observa y se toma su tiempo para sentarse— se nota que estabas muy hambrienta.
—Hmmm... — murmuro como asentimiento.
—Y bueno, ¿ya me perdonaste?— detengo lo que estoy haciendo cuando escucho su pregunta
—¿Perdonarte de qué? ¿Qué me hiciste?
—No lo sé. Como ya no quieres ni verme— mira la comida con desgano, me siento un poco mal por él, solo un poco.
—No es por eso, es que... Es que...
—¿Es que qué?
—Es que cuando estoy cerca de ti me pongo nerviosa y me dan ganas de llorar, eso.
—Aaaah. Entonces, ¿si me alejo me perdonas? — ¿Acaso no ha entendido que NO estoy molesta con él? Pero ahora ya se me ocurrió una idea
—Si guardaras tus distancias, sí. — Thomaz me mira, toma su comida y se empuja hacia atrás con la silla de rueditas.
—¿Ya? — asiento divertida— ¿Ya me perdonaste del todo y ahora puedo tratarte como antes?Vuelvo a mirarlo a los ojos y niego con la cabeza. No Thomaz, nada en la vida es así de fácil.
—No Thomaz, el hecho de que me traigas comida no significa que vaya a volver contigo— le respondo y sigo con el asunto de la comida. Esta pelea tiene para rato.
ESTÁS LEYENDO
LOCA POR ÉL II: Destinos encontrados (Gustavo Daneluz y tú) -CANCELADA-
FanfictionDos años habían pasado después de aquel incidente en el aeropuerto. Las cosas han cambiado, eso todos lo sabemos. Pero, ¿Cómo y lo han hecho? ¿Seguirá él estando enamorado de ella? ¿Y si la va a buscar? ¿Algún día podrán responderse esas preguntas...