Narra Martina:
Genial, son casi las diez y recién estoy saliendo del trabajo. Por la culpa de mi queridísimo empleado tuve que volver a hacer los informes del día porque no estaban en ningún lado.
Gracias Jordi, por eso estás despedido.
Necesito un cereal nuevo, no puedo vivir sin ellos. Doy pasos acelerados para llegar rápido al súper antes de que lo cierren. ¡Vamos, Martina! Diablos, cómo cansa caminar con estos molestos tacos. Para colmo tengo que mirar al suelo por si de repente me tropiezo con algo; si por mí fuera, hasta iría descalza al trabajo. Entro apresuradamente al lugar que para mi buena suerte, está vacío.
—Ok Martina, solo tienes que llegar, tomar el cereal e irte...bueno pagar antes de irte. — digo a mí misma y camino de frente. Paso observando cada sección para ver si hay cosas nuevas sin disminuir mi velocidad, me gusta venir a comprar cosas aquí.
Estoy a tres filas de llegar a la sección de cereales cuando, al pasar por la sección esa en donde venden cosas de aseo, escucho una voz que me resulta familiar. Me detengo para escucharla mejor.
— ¿Este o este? — giro completamente la cabeza para verlo. ¿Es Thomaz? No, no puede ser, nunca me dijo que vendría. Me quedo quieta en mi lugar, por una parte quiero hacer como si no lo hubiera visto, ir por mi cereal y salir pero la otra, la que es masoquista, quiere quedarse y preguntarle a qué ha venido.
Retrocedo un par de pasos y no encuentro otro mejor escondite que una gran columna de tintes para cabello apilados. No escucho nada desde aquí, me siento ridícula por estar haciendo esto. Saco mi celular para ver la hora—maldita mano, no puedes estar temblando ahora— abro mi cartera para guardar a mi bebé, cuando este cae resbalado por mis manos de mantequilla.
— ¡No! — me agacho para tratar de recogerlo, pero no recuerdo que al frente de mí tengo un montón de cajas de tintes que están frágilmente colocados.
Ya se deben de imaginar lo que pasó.
Me tropiezo y las cajas caen conmigo, algunas caen en mi espalda y en mi cabeza para al final terminar en el suelo, no puedo sentirme más que avergonzada.
— ¿Martina? — Escucho mi nombre proveniente de la voz de Thomaz
—A mí solo se me cayó el celular y... Hola, Thomaz.
—Hola Martina— Gustavo me saluda con la mano... ¿Qué? ¿Gustavo también está aquí?
— ¿Gustavo? ¿Q-qué hacen ustedes aquí? — miro a los dos sin entender la situación.
—Thomaz y yo hemos venido aquí a buscar a...— Gustavo no termina de decir la oración porque Thomaz le tapa la boca
—Hemos venido de vacaciones, ¡Sí! eso— Thomaz sonríe nervioso.
—Martina, ¿Y cómo está ____?— me pregunta Gustavo
—Ella está bien— observo la hora de nuevo, tengo que apurarme si es que quiero alcanzar el transporte público— Bueno, tengo que irme, ¡Adios! — me giro sin esperar respuesta. Ya no tengo hambre.
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LOCA POR ÉL II: Destinos encontrados (Gustavo Daneluz y tú) -CANCELADA-
FanficDos años habían pasado después de aquel incidente en el aeropuerto. Las cosas han cambiado, eso todos lo sabemos. Pero, ¿Cómo y lo han hecho? ¿Seguirá él estando enamorado de ella? ¿Y si la va a buscar? ¿Algún día podrán responderse esas preguntas...