2. Esa pregunta

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Narra Gustavo: 

Estoy en mi trabajo ahora. Es muy cansado tener funciones de lunes a sábado pues ahora trabajo en un teatro. Ya hasta ni tengo tiempo para mí. 

Acaban de terminar con el mismo ritual de siempre: el de maquillaje y vestido. En la próxima escena salgo yo.

Siempre que termino las funciones recibo muchos aplausos y a la vez felicitaciones de mis compañeros de trabajo; siempre me dicen que lo hago cada vez mejor. 

Paso por los camerinos con tranquilidad, en el camino me encuentro con Ana, una de las chicas de vestimenta; nos conocimos aquí y desde ahí nos volvimos buenos amigos. A ella le cuento casi todo lo que me pasa. También le digo a ella cuánto te extraño.

 — Ya falta muy poco para las vacaciones—me sonríe y andamos juntos 

—Dos semanas, creo—le respondo a lo que dijo antes

 — ¿Y ya tienes pensado lo que vas a hacer? 

 —Ni idea... Aunque estar echado en el sofá de mi casa como un gato obeso no es tan mala idea—digo y ella carcajea

 —Yo tampoco sé lo que voy a hacer. Ir a la playa, supongo. 

 —Genial, ¿qué te parece si vamos todos los del elenco a la playa un fin de semana?

 —No es tan mala idea—levanta la barbilla y amos sonreímos.

 —Yo me quedo aquí—entro a mi camerino y me giro para despedirla 

 —Gustavo— me llama y yo levanto la cabeza para oírla—¿Y si la vas a buscar?—La expresión de mi rostro cambió  por completo apenas ella había hecho esa pregunta.

 —¿A quién? 

  Ana rodó los ojos por mi respuesta.

 —No te hagas, Gustavo. Sabes bien de quién estoy hablando.

 —Ah, de ella...¿Para qué voy a buscarla?

 —Pff, ¿No que la extrañabas?

 —Sí, pero una cosa es extrañarla y otra muy diferente es ir donde está a buscarla.

 —¿Pero cómo sabrás si te sigue queriendo? 

 —No necesito saberlo si ya sé la respuesta.

 —Vamos, ha pasado mucho tiempo ya, y no creo que no quiere verte.

 —No lo sé Ana, no lo había pensado antes—En realidad sí lo había pensado, lo había pensado muchas veces. 

 —Bueno, pues ahora piénsalo: tienes dos semanas.—Y sin decir más, se retira.

Es más de una pregunta la que mantiene el debate en mi cabeza:

¿Qué pasaría si la voy a buscar?  ¿Seguirá viviendo en esa misma ciudad? 

¿Seguirá siendo esa misma chica risueña que se ponía nerviosa cuando estaba cerca? ¿Seguirá queriéndome como antes? 

Pero es que no he sabido nada de ella desde aquel día de nuestro último beso en el aeropuerto. Tres días después ella borró su instagram, bloqueó su número de celular y desapareció completamente. No sé si lo hizo porque ya no quería verme más o por alguna otra cosa en especial. El último mensaje que le envié fue hace dos años preguntándole si es que había llegado bien a su casa después del viaje.

+Hola, quisiera saber si llegaron bien

*Sí, aunque con dos horas de retraso

+Qué bueno 

Y no contestó. Ahora ha pasado el tiempo y, no sé si buscarla sea correcto.

LOCA POR ÉL II: Destinos encontrados (Gustavo Daneluz y tú) -CANCELADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora