Después de varias advertencias de su profesora de educación física Sofía se vio obligada a asistir a sus clases y el día que decidió hacerlo el clima no ayudaba mucho. Estaba nublado y la lluvia se aproximaba, pero de todas maneras tenía que ir.
La mayoría del curso falto usando de excusa las condiciones climáticas, solo asistieron los que estaban complicados con la nota. Además de Sofía se encontraban Aaron, Agustín, Lucas y Melina.
Al principio de la clase la profesora les hizo hacer actividades grupales. Más tarde pidió que hicieran duos para ayudarse a hacer abdominales. Los amigos Aaron y Agustín se pusieron juntos, y Melina no tuvo más opción que juntarse con Sofía. Ella le agradaba más que Lucas, el cual tuvo que recibir ayuda de la profesora.
En el duo de las chicas Sofía tuvo que hacer los abdominales primera. Le daba vergüenza que su panza se notará demasiado así que se apresuro en terminar. Llegado el turno de Melina, ésta se echo boca arriba con las rodillas dobladas y sujetadas por las manos de Sofía. Comenzo lento y despreocupada, hasta que se cansó y tomo prisa.
Mientras subía y bajaba su camiseta se desacomodo dejando al descubierto la mitad de su brazo izquierdo. Rápidamente se alejo de Sofía y volvió a cubrir su brazo para que no notará lo que escondía. Demasiado tarde, Sofía ya había visto cada corte desde su muñeca hasta su antebrazo. No podía creer que Melina se hiciera daño a si misma, porque desconocía los motivos.
A pesar de que Melina siempre actuaba demostrandole a los demás que se amaba, y hasta diciendo que era la más linda, en el fondo no pensaba así. Tenía graves problemas con su apariencia, sentía odio hacia su cuerpo y el dolor que le causaba rechazarse la llevaba a lastimarse. No importaba si los demás decían verla linda (cosa que buscaba escuchar todo el tiempo), ella no lograba verse así. Había tenido mala suerte en el amor, sus relaciones terminaban porque la otra persona conocía a alguien más y en consecuencia llego a pensar que todas las chicas eran mejores. Más lindas. Más inteligentes. Más todo.
Melina y Sofía como muchas chicas de su edad compartían un profundo dolor difícil de superar. Sin embargo, ambas pensaban que la otra tenía la autoestima más alta. Se cerraban en sus propios problemas y eso no les permitía percibir que los demás también tenían los suyos.
Cuando terminaron los abdominales la profesora les dio unos minutos para ir descansar o ir al baño.
Las chicas optaron por la segunda opción y apenas pusieron un pie dentro Melina se abalanzó sobre Sofía.
"No digas nada de lo que viste." ordeno amenazadoramente.
Tenía mucho miedo de que los demás supieran su secreto. Pensaba que se iban a burlar de ella o a tratarla de loca.
"No voy a decir nada. Tranquila." prometió Sofía. Ella sabía lo que era autolastimarse. Lo había hecho un par de veces y en una de esas veces las cosas terminaron mal, por lo que dejo de hacerlo. No contemplaba la idea de que su compañera podía llegar a correr el riesgo de pasar por lo mismo.
Melina se calmo y sin decir nada se fue con la tranquilidad de que su secreto estaba a salvo. En ocasiones deseaba lo contrario, que todos supieran, pero ese día no.
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Invisible.
Non-FictionTerminada. Sofía era una chica buena, pero había algo que la hacia sentirse rechazada por todo el mundo. En un principio pensó que podía ser su físico fuera de todo estereotipo bien visto, pero al notar que había más chicas como ella descartó esa po...