Iván.

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Los adultos suelen pensar que ciertos problemas sólo llegan al cumplir la mayoría de edad, pero a veces llegan antes. No hay una edad determinada para cada problema de la vida.

Iván era joven y aun así en él crecía un problema que hasta el día de hoy afecta la vida de muchas personas.

Su padre tenía el mismo problema, aunque atravesaba por una etapa peor a la suya. Su abuelo, el padre de su padre, también había lidiado con lo mismo. Para Iván era algo normal, pues había crecido viéndolo.

Su mamá vivía discutiendo con su padre para que lo dejará. Su abuela había vivido lo mismo con su abuelo. Y en un futuro que él desconocía, pasaría lo mismo con su primera esposa.

Hasta ese momento Iván creía que era algo normal, y suele serlo entre los chicos de esa edad, pero sólo en casos extremos llega a ser grave.

Muchos prueban su primera bebida alcohólica en una reunión o salida con amigos, él lo había hecho con esos dos hombres anteriormente nombrados. Primero sólo fue una copa, y a medida que crecía se le permitía más. En casa obedecía a su mamá. No obstante en las salidas no se media. Como si se retara a él mismo cada vez tomaba más y más, y parecía que a la vez su estómago se iba haciendo más fuerte. Al igual que su adicción.

Sus amigos sabían que siempre conseguía buenas bebidas y se aprovechaban para no tener que conseguirlas ellos. Todos los viernes después del colegio se juntaban en la casa de Agustín e Iván era el encargado de llevar lo mejor. Nunca hacian previa en el colegio hasta que un dia un Vodka Devil's Spring robado al padre de Iván los hizo caer en la tentación.

Estaban aburridos en hora libre y querían divertirse de una manera u otra. Pablo se encargo de vaciar una botella que anteriormente tenía agua y la cargaron de Vodka. La botella paso por cada uno de los seis en su grupo y los demás en el curso comenzaron a sospechar. Sus sospechas se confirmaron cuando ellos mismos comentaron que estaban bebiendo, de todas maneras fueron ignorados.

Algunos chicos no lo soportaban y hacían muecas raras, entonces Iván tomaba el doble para mostrar que él sí podía.

La diversión se termino cuando llego un preceptor a tomar lista y se vieron obligados a actuar normal. Sólo Iván seguía bebiendo.

El preceptor terminó de anotar las asistencias e inasistencias y luego comenzo a devolver los cuadernos de comunicados de los seis que como siempre habían llegado tarde.

Al llegar a la mesa de Iván se detuvo unos segundos de más. "¿Me convidas agua?" pidió amablemente e Iván quedo inmóvil con la botella en la mano.

Todos en el salón guardaron silencio y se quedaron mirándolo pendientes a lo que estaba por pasar, y el preceptor comenzó a notar que algo raro había.

Antes de que Iván pudiera reaccionar, la chica sentada detrás de él interfirio. Sofía tomo su botella de agua y la extendió al preceptor. Éste la recibió, bebió, agradeció, termino con lo suyo y se fue del salón.

"Me salvaste." suspiro Iván dirigiéndose a Sofía y ella respondió con una sonrisita.

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