Daniel.

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Algunos chicos tienen la oportunidad de crecer en un buen contexto pero terminan cometiendo el error de imitar a personas que crecieron de manera diferente.

Daniel era uno de estos chicos. A pesar de tener una buena familia y no padecer necesidades económicas, al crecer comenzo a frecuentar las calles y en una esquina conoció a sus amigos. Ellos eran mayores de edad y tenían una vida distinta, sus familias no tenían una buena posición y tampoco les daban atención. Conseguían lo que querían de manera incorrecta y se metían en problemas.

Nadie obligaba a Daniel a ir por mal camino, él mismo lo hacía, siguiendo los pasos de los demás para no quedarse atrás. Hasta el momento sólo había sido así como comenzo a probar drogas. De todas maneras era inteligente y evito volverse dependiente. Lo único que mantuvo fueron los porros porque pensaba que no eran tan malos.

Como sus padres le daban dinero no se molestaba en trabajar o hacer otra cosa para tener con qué comprar. Sin embargo, cuando su mamá descubrió que fumaba las cosas cambiaron y ahí se dio cuenta de su dependencia.

Pidio ayuda a sus amigos, uno de estos le ofreció un trabajo y lo involucró en algo que tarde o temprano terminaría perjudicandolo.

Su primer intento fue en el colegio, tenía miedo pero actuó bajo presión. Más tarde vio que funcionaba y se atrevió a continuar, procurando no correr la voz entre los alumnos. Si un directivo lo descubría se iba a ver en gravísimos problemas.

Lo que tanto temía tardo en suceder y el día que se entero de que unas chicas iban a acusarlo con la directora no supo que hacer. Salió corriendo hacia el salón, intentando pensar en una manera de salvarse. No era muy difícil. Los nervios y la desesperación le jugaron en contra.

Cuando entro apresurado al salón Sofía se quedo mirándolo a la expectativa de sus acciones. Lo vio caminar de un lado a otro, después ir a guardar algo en la mochila, al segundo volver a sacarlo y meterlo en el bolsillo trasero de su pantalón, asomarse por la ventana que daba al pasillo y regresar a su lugar. Estaba más raro que nunca.

Tímida y preocupada Sofía se acerco a Daniel. "¿Necesitas algo?" pregunto. Él no respondía ni la miraba, tenía los ojos fijos en la puerta. De pronto, escucharon a alguien acercándose y ahí el chico reaccionó. "Guardame esto." le suplico a Sofía entregandole una bolsita de color oscuro que ocultaba lo que tenía adentro. Ella no se nego, aún sin saber, la recibio y volvio a su mesa para esconder la bolsa en su mochila.

La directora finalmente apareció y el ambiente se volvio tenso. Sofía tuvo una especie de dejavú, pues la situación se parecía a la vivida con Nicolás.

La señora Martínez tenía sus ojos clavados sobre Daniel y atrás de ella llegaron dos preceptores que se sumaron a incomodar.

"Necesito hablar con usted." se dirigió a Daniel muy seriamente. "Acaban de venir a contarme sobre un grave problema en el que está involucrado." agrega confirmando el rumor que había llegado a los oídos del chico.

Daniel guardo silencio y espero a que lo acusaran directamente antes de decir algo que lo hiciera meter la pata.

"Dos personas cuyos nombres reservo vinieron a decirme que estabas fumando marihuana junto a otros chicos de tercer año." la acusación llego y no fue lo que él se imagino. De igual manera, estaba en problemas.

"Es mentira, yo no tengo nada." se defendió eligiendo mal sus palabras.

"¿Podrías mostrarme el interior de tu mochila?" interfirió un preceptor.

Muy seguro de si mismo y con arrogancia Daniel le extendió la mochila, pretendiendo que la revisarán. El hombre se mantuvo en su lugar ya que por su trabajo no podía hacerlo. Entonces Daniel la abrió bruscamente y saco cada objeto dentro de cada bolsillo, dejando en evidencia que no tenía nada. Prosiguió a levantarse la remera y sacudir sus bolsillos.

"Si quieren también puedo mostrarles mis calzones." los nervios se habían ido y el saber que estaba salvado lo hacía actuar con impunidad.

"No se pase de listo." la directora lo regaño.

Sin decir ni una sola palabra más los directivos se retiraron y él suspiro aliviado creyendo que todo se había acabado.

Inmediatamente se acerco a Sofía y con un movimiento de mano pidió que le regresará lo suyo. La chica que ahora entendía todo se lo devolvió con rapidez y cuidado de que nadie los vea.

"Gracias." Daniel agradeció tajante sin ser consciente de lo mucho que acababa de ayudarle. Le dio la espalda y guardo lo suyo en un lugar más privado.

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