Micaela.

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Vivir en busca de amor puede hacernos correr riesgos.

Micaela era una chica muy enamoradiza. Cada mes se enamoraba de un chico diferente y lo hacía exageradamente hasta que llegaba el próximo. Había estado de novia varias veces. Sin embargo, las relaciones no funcionaron.

En aquel entonces su amor era Santiago, un chico que conoció por Internet, vivían cerca pero nunca se habían cruzado y después de chatear por más de un mes comenzaron a verse. El punto de encuentro era una plaza cerca del colegio de Micaela y de ahí se iban a la casa de Santiago. Por cierto, él era seis años mayor y vivía solo.

Ante la mirada de Micaela él era el chico perfecto y lo amaba. No obstante, Santiago simplemente la pasaba bien.

Los estudios de Micaela y el trabajo de Santiago no les permitían verse seguido, así que con suerte lo hacían una vez por semana. Sea cual sea el día Micaela tenía que mentirle a sus padres. Ni su mamá ni su papá sabían de la existencia de Santiago, tampoco podían saberlo, no aceptarían como su novio a un chico de la edad de su hermano. El problema era que todos los días su mamá iba a buscarla al colegio, por ende necesitaba estar acompañada de una de sus amigas para mentir que iban a algún lado juntas.

Era martes cuando Micaela recibió un mensaje de Santiago diciéndole que tenía el día libre para que se vean. Ella estaba desesperada por decirle que sí, ya lo extrañaba, pero no podía. Estaba peleada con sus amigas y ninguna iba a hacerle el favor. Con tristeza respondio el mensaje contándole la situación y él reaccionó de mala manera, acusándola de poner excusas para no verlo.

Ingenuamente Micaela cayó en sus redes y comenzó a desesperarse todavía más por arreglar las cosas e ir a verlo. Se sentía mal consigo misma y pensaba que estaba haciendo que él se sintiera mal. Dejo su orgullo de lado y ocupó el tiempo de su recreo en buscar a sus amigas, una por una, para ver quién la ayudaba. Ese día sólo habían ido Elizabeth, Iara y Jimena.

Primero fue por Elizabeth y ésta se negó. Seguido fue por Jimena y tampoco quiso ayudarla. Por último fue a buscar a Iara y la encontro en el salón acomodando sus cosas.

"Iari, necesito que me hagas un favor." suplico amistosa y con cariño, sabiendo que era la amiga más blanda.

"Sí, decime." Iara asintió de inmediato.

"¿Me cubrís hoy? Quiero ver a Santi." le explico la situación.

"No puedo, me retiro temprano porque adelantaron la clase de danza. Perdón." Iara se lamento con culpa y buscó otra manera de ayudarla: "Deciles a Eli o Jime."

El preceptor apareció interrumpiendolas y se llevo a Iara dejando a Micaela sola junto a Sofía en el salón.

Micaela hasta el momento no había notado a su compañera. Busco su celular y le envió un audio a Santiago explicándole con lujo de detalles la situación, para asegurarle que estaba equivocado y en verdad quería verlo. Cuando giro para irse vio a Sofía, se detuvo a pensar unos segundos y fue hacia ella.

"¿Vos me harías un favor?" pregunto como si tuvieran confianza.

"Sí." se limitó a responder Sofía. Inevitablemente la escucho hablar con Iara y ya estaba al tanto de la situación.

Así fue como ambas salieron juntas del colegio y se pararon frente al auto de la mamá de Micaela para decirle que tenían que hacer un trabajo. Ella se ofreció a llevarlas pero se negaron y las dejo ir. Micaela se despidió de Sofía agradecida y felizmente fue corriendo a encontrarse con Santiago.

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