Capítulo 7

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Jenna


Le observé un momento sin saber que hacer, mientras él se detenía frente a mí y su rostro se alzaba, tan serio como siempre, sobre el mío.

<<No era Alex, no había vuelto y no iba a verle>> pensé mientras algo dentro de mi pecho parecía caerse a pedazos y tuve que contener un par de lágrimas para que no se desbordaran.

Aunque tenía ese doloroso nudo en la garganta me quedé allí, estática, observando a Blake Walker frente a mí. Estaba vivo y estaba bien, eso me hizo sentir tremendamente feliz porque, aunque no pudiera decírselo, le había echado de menos también. El pensamiento me generó una ligera pizca de alivio y emoción que se apagó rápidamente cuando dio un paso en mi dirección, entre la oscuridad, con aquellos ojos asesinos que parecían casi desorbitados.

—Blake ¿qué estás...

—¿Qué te pasó en la mano?— Inquirió de repente y su voz se oyó áspera pero igual de implacable.

<<No estaba nada feliz>>

Miré la venda que la cubría y durante un minuto no supe que decir, tratando de acomodar el remolino de ideas que me daban vuelta en la mente.

—Fuego o cuchillo ¿no? Es lo que tu habrías hecho.—Logré articular, mientras sus ojos verdes se iluminaban de a momentos con las escasas luces del exterior que entraban por la ventana, y aunque tenía la visión comprometida fui capaz de ver como fruncía los labios, en un gesto completamente impotente. Había algo diferente en él y aunque no sabía lo que era no me gustaba el mal presentimiento que eso me provocaba.

En esos momentos pareció que podría lanzarse sobre mí en cualquier minuto, y entonces me di cuenta que estaba allí, a mitad de la noche, sola, sin que nadie más lo supiera. A solas con Blake Walker, Alfa, y tuve miedo.

Retrocedí un paso sin pensarlo, como si hubiese una distancia suficiente para aplacar el peso de aquella mirada, pero no era así y entonces sentí lo que era el desprecio cuando lo vi reflejado en sus ojos, con tanta claridad que pude saborearlo a través de aquel verde oscuro, que resultó insoportable.

—Blake lo que pasó en el muelle...— Comencé a decir y pareció que su cuerpo reaccionaba instantáneamente al recuerdo, irguiéndose todavía más.

—Cierra la boca.— Escupió, dando otro paso y al ver como todo su cuerpo se tensaba tan rápido como si hubiese recibido una descarga eléctrica enmudecí. —Dime que dicen los documentos oficiales de la noche de la muerte de Jerry Campbell.

—¿Qué?

—Dime todo lo que sabes. Ahora.— Escupió y traté de asimilar lo que estaba diciendo pero esos segundos de silencio parecieron impacientarlo más, así que simplemente hablé.

—Los documentos de la policía habían sido falsificados, supongo que por Frank.— Comencé a rememorar toda la información que había recabado en los últimos meses. —Decían que solamente habían muerto un par de oficiales, pero todos saben que ha habido una reunión dónde han muerto muchos.

—Los miembros de las pandillas.— Dijo mirando fijamente el ventanal que daba a la ciudad y asentí viendo como caminaba en dirección a la sala destrozada y le seguí, a una distancia prudente.

—Sí y mi padre.

—Que estaba ahí por Frank.

—Sí, pero Blake...

—¿Qué más sabes?— Me interrumpió, volteando a verme como una ráfaga potente y, por primera vez, noté su rostro demacrado, las profundas bolsas negras debajo de sus ojos enrojecidos y los labios resquebrajados mientras se los relamía con un gesto concentrado.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora