CAPITULO 6

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Ya es de día y debo ir a la escuela, era viernes y eso significaba que Gabriel estaría por última vez en la escuela, le e mandado mensajes todos los días desde que me terminó pidiéndole que no se fuera pero ha sido en vano, no responde ningún mensaje, ni llamada, quizá se molestó más cuando le pedí el número a su mejor amigo, sé que está mal que le ruegue pero yo lo amo me duele que se vaya a pesar de que se esté portando mal conmigo y que me haya evitado todos estos días.

Llegué a la escuela y me topé con las chicas.

-¡Hola Jenn! -Gritaron las 2 a la par

-Hola chicas -Respondí sin ánimos de nada

-¿Que pasa? ¿Aun sigues triste? -Preguntó Sofía

-Pues sí, es inevitable, de repente me pasan tantas cosas malas que no puedo evitar sentirme asi

-Entendemos nena pero oye mañana iremos a la playa para que te distraigas ¿vale? -Dijo Renata

-Vale

Las chicas tenían razón necesitaba distraerme así podría desestresarme un poco, tuvimos las clases de siempre, la misma rutina, en el descanso Renata y Sofía se la pasaron hablando de trajes de baño entre otras cosas,pero yo simplemente las escuchaba sin poner atención, salí de la escuela con mis amigas que me acompañaron a casa, nos quedamos platicando un rato afuera y después que vi que mi mamá llegó me metí también a la casa, pensaba en si sería bueno ir a despedirme de Gabriel pero luego lo pensé bien y noté lo estúpida que era la idea así que me contuve y me quedé en casa.

-Mamá, mañana saldré a la playa con las chicas

-Está bien, pero ve con cuidado y no andes de loca

-Yo no soy así mamá lo sabes -Respondí un poco molesta con su comentario

-Pues eso no es lo que parece -Me miró fijamente

-¿Porque dices eso? - La miré confundida

-Te han visto con un tipo de la calle coqueteando, sólo han pasado unos días de que Gabriel te dejo y ya andas de loca con alguien más

-Me duele que digas eso mamá -Dije con los ojos llorosos

Me di la vuelta y salí un rato a la orilla de la calle para calmarme un poco, no puedo creer que mi propia madre piense eso de mí, de seguro el ardido de Ernesto le dijo algo para vengarse de mí porque Ariel lo golpeó aquel día, no quise decirle a mi madre que Ernesto me acosaba porque estoy segura que no me creería así que era mejor quedarme callada, me quedé afuera un rato más cuando vi salir a mi madre y Alberto detrás de ella.

-¿A donde vas mamá? Ya es tarde y mañana tienes una entrevista ¿recuerdas?

-Voy a una fiesta, no te preocupes no beberé, mucho -Me dijo riendo descaradamente

-¡No te vayas mamá! No me dejes sola porfavor

-¡Ay Jennifer! No me digas que ahora te da miedo dormir sola

-No es eso, es que...

-Es que nada, nos vemos -Me interrumpió y se fue

Después de eso me metí a la casa y me acosté a dormir, eran las 3 a.m cuando algo me despertó, sentí que me observaban, entre abrí los ojos y vi a alguien sentado a mi lado mirándome, quise gritar pero él me tapó la boca, intenté golpearlo pero me detuvo las manos, se subió sobre mí poniendo sus rodillas sobre mis piernas para inmovilizarme mientras me susurraba al oído "si gritas te mato" me tomó las dos manos y las sujeto por encima de mi cabeza con una sola de las suyas, me empecé a desesperar porque no podía moverme, una lágrima comenzó a caer sobre mi rostro podía ver su maldita sonrisa de satisfacción, comenzó a besarme el cuello y yo me comencé a retorcerme, intenté golpearlo pero me detuve al ver el cuchillo que se estaba sacando del bolso.

"REBECA" Una historia jamas contada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora