CAPITULO 13

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Escuché a alguien decir mi nombre, mi cara estaba escondida entre mis piernas así que no podía ver quién era, temía que fuera alguien desagradable.

-Jennifer ¿eres tú?

Esta vez se acercó a mí y pude sentir su olor, ese aroma se me hacía tan conocido, alcé la mirada y por fin pude ver de quién se trataba.

-¿Ariel? -Lo miré sorprendida
-¡oh por todos los cielos Jennifer! Te e estado buscando por todas partes nena -Sus palabras eran tan recorfontantes

Lo tomé de la playera y lo atraje hacia mi, lo abracé con todas mis fuerzas y lloré contra su pecho durante un largo tiempo, me sentía tan contenta de verlo de nuevo y tan aliviada de que fuera el quién me encontrara en esta situación.

-¡Pensé que no volvería a verte Ariel!  Gracias al cielo estás aquí, no sabía que hacer -Sollocé mientras intentaba seguir hablando, las lágrimas se apoderaban de mi
-Tranquila nena, ahora dime ¿Que haces aquí? ¿que te sucedió? ¿Estás bien? Te ves distinta
-Te contaré todo pero porfavor sácame de aquí llévame a casa, quiero irme de este lugar -Las palabras se ahogaban con mi llanto

Me ayudó a levantarme del suelo, puso su chaqueta sobre mi pues mi piel estaba helada y me llevo hasta el auto de Erick.

-¿Que haces con el auto de Erick?
-Te contaré luego nena solo sube

Me abrió la puerta del auto y al subir me recosté sobre el asiento.

-¿Estas bien nena? -Preguntó mientras me miraba de reojo
-No lo sé, me han pasado tantas cosas que ya ni se como sentirme, pero supongo debo estar agradecida pues podría estar peor de lo que estoy ahora -Agaché la mirada pues las lágrimas amenazaban con brotar de nuevo
-¿Quieres contarme?
-Si, pero prefiero hacerlo cuando lleguemos
-De acuerdo nena, descansa un poco miéntras llegamos

Me entretuve viendo los árboles que pasaban frente a la ventana conforme el auto se movía, por mi mente pasaba de nuevo todo lo que había pasado con mi padre y con Cristian, los recuerdos y las imágenes invadían mi mente, aún tenía miedo de lo que podría pasar después, me sentía tan herida, tan cansada, tan agobiada por todo, seguía mirando a la nada mientras los pensamientos daban vuelta en mi cabeza hasta que sin más me quedé dormida...

Pasaron varios minutos hasta que una dulce voz me despertó

-Ya llegamos nena -Escuché a alguien decirme mientras movía suavemente mi cuerpo para despertarme
-¿Qué? ¿Que sucede? ¡No me toques! -Desperté agitada
-Tranquila nena soy yo Ariel, hemos llegado a casa y tienes que bajar del auto -Me miraba con tristeza

Bajé del auto y me metí a la casa, entramos y me senté en la pequeña sala, me sentí aliviada por un momento hasta que llegó a mi mente el recuerdo de mi padre una vez más, no sabia si el conocía donde vivía Ariel así que no podía quedarme por mucho tiempo aquí pues el vendría por mí y me encontraría pero tampoco podía irme a estas horas de la noche y no quería preocupar más a Ariel.

-Te pusiste pálida ¿qué sucede? -Me miró horrorizado por mi aspecto
-Mi padre podría encontrarme aquí -Dije con temor
-No te preocupes nena no lo hará, y si lo hace yo estaré aquí contigo para protegerte siempre, lo sabes bien
-El es muy peligroso Ariel, tengo mucho miedo
-No dejaré que nada te pase mi nena te lo aseguro
-Pero...
-Shh, pero nada, ahora solo necesito que me cuentes lo que pasó para poder entender de qué es capaz ese malnacido

Comencé a contarle todo desde el principio al fin y él escuchó cada detalle con mucha atención​ sin interrumpir no una sola vez...

Después de unas horas de hablar y hablar me percaté de que ya estaba amaneciendo y me costaba mucho mantener los ojos abiertos.

"REBECA" Una historia jamas contada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora