CAPITULO 24

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2 días después...

-Ariel ¿qué haces?
-Voy a terminar con esto de una vez por todas
-¡Déjalo por favor? él nada te ha hecho
-Mientras viva se meterá siempre entre tu y yo Jennifer
-No lo hará, no cometas una tontería por favor, Erick ¡dile algo!
-Dispárale a ese imbécil -Sonreia Erik mientras observaba a Cristian retorcerse de dolor
-Mátame si quieres, eso no hará que ella te amé
-Quizás no, pero por algo se empieza

Cerré los ojos al oír el disparo y sentí las lágrimas correr en mi mejilla

-Abre los ojos Jenny

Me negaba abrirlos

-Jenny, ¡abre los ojos! -Escuchaba voces a lo lejos -¿Estás bien Jennifer?

Abrí los ojos de repente y observé a todos a mi alrededor, menos mal fue sólo una pesadilla, una horrible pesadilla; la luz lastimaba mi vista, me sentía cansada, débil, mientras trataba de que mis ojos se acostumbraran a la luz pude ver claramente a Renata y Sofía a mi lado.

-Hola nena
-Hola chicas
-Estabas teniendo pesadillas
-Sí y gracias por despertarme
-Vimos que te retorcias y nos preocupamos -Sofía acariciaba mi frente con ternura
-Qué bueno que fue sólo un sueño
-¿Que soñabas?
-Ya no importa, les contaré luego, ¿en donde está Ariel? ¿Que fue lo que me pasó?-las chicas se miraron una a otra sin decir nada
-Creo que eso lo explicará mejor el doctor -Sofi agachó la mirada
-¿Qué pasa? -Quise levantarme pero el esfuerzo sólo me causó dolor -¿Que me hicieron? -Toque mi vientre y sentía el dolor

Mis ojos comenzaron a dejar las lágrimas correr

-¿Y mi bebé? ¿Dónde está mi bebé?
-Jenny tú...
-¡Vaya! parece que has despertado al fin -interrumpió el doctor
-¿Que hicieron con mi bebé? -Pregunté alterada
-Tranquila hija
-¿Dónde está? ¡dígame! -Gritaba pues ya me imaginaba lo peor
-Vamos a tranquilizarnos primero, tengo que hablar contigo

Me quedé callada mientras trataba de retener el llanto

-Debido al estrés que generaste al alterarte ocasionaste movimientos bruscos, tu embarazo era de riesgo y alterarse estaba contraindicado

-¡Vaya grano de una buena vez! -Le grité entre sollozos
-Tuvimos que intervenir de emergencia, es decir, tuvimos que sacar al bebé y hacer un degradó, después de que te desmayaste el bebé ya no presentaba signos vitales, se presentó una hemorragia que no pudimos parar, y al ver que el feto ya no respondía tuvimos que sacarlo y hacerte el degrado para que no tuvieras alguna complicación más -comence a alterarme
-¡No! No no no por favor doctor es mentira
-Jenny cálmate -Me pidió Renata
-¡Déjame no me toques!
-¡Jenny por favor!
-Esta bien Jenny tranquilízate -Renata se miraba preocupada
-¿Cómo quieres que me calmé si me quitaron a mi bebé?! -Exclamé triste
-A ver déjame revisarte
-!No suelteme!
-Llama a la enfermera por favor -Señaló a Sofía
-Dígame doctor -Apareció en segundos
-Aplicale un sedante
-Sí doctor
-¡No! ¡déjenme no me toquen!
-Jenny no te portes así
-¡No! ¡Suelteme porfavor! -Las chicas y la enfermera me sujetaban para sedarme

Las lágrimas caían de mis ojos como una cascada y después de forcejear en cuestión de segundos sentí como mis ojos se cerraban y perdí la conciencia...

Desperté y todo estaba oscuro, pude notar la silueta de alguien a mi lado, aún me sentía cansada y adormitada, el primer pensamiento que tuve fue mi bebé, toqué mi vientre y ya no estaba, sentía dolor, tenía la esperanza de que fuera todo un mal sueño pero para mi desgracia no era así, sin más comencé a llorar; me dolía mucho aceptar que mi bebé ya no estaba, me sentía destrozada, aunque por momentos sentía culpa al pensar que quizás había sido lo mejor para el y así no sufriría en este mundo tan cruel, quizás ese bebé sólo había llegado para darme una lección, tal vez será hora de comenzar de nuevo y ser más fuerte, luchar por estar mejor, alejarme de mis problemas y hacer una vida nueva, quizás por eso se había ido y ahora estaria cuidándome desde el cielo, mi tono de llanto comenzó a subir, no podía controlarme.

-Jenny ¿estás bien? -Prendió la luz
-No Ariel, nuestro bebé... -Solté en llanto
-Lo sé cariño -Acercó mi cabeza en su pecho
-Perdóname Ariel
-Perdóname tú a mí, si no me hubiera quedado nada de esto pasaría
-No digas eso Ariel, aqui nadie tiene la culpa, y ambos sabemos dentro de nosotros que esto fue lo mejor, aunque suene cruel
-Al menos tu estás Bien
-Saldremos de esto juntos
-Si mi nena y no me apartare de tu lado nunca, te lo prometo, y Perdóname por todo lo que dije no era mi intención tú sabes que te amo más que nada en el mundo
-No hay nada que perdonar mi amor -Besó mis labios y correspondí

A la mañana siguiente ya me sentía un poco más tranquila, pasé gran parte de la noche platicando con Ariel sobre nuestros planes y nuestra nueva vida juntos, concordamos que saldríamos adelante por nuestro hijo no nacido y comenzaríamos una vida mejor lejos de aquí. Más tarde el doctor me dio de alta con la condición de que no hiciera esfuerzos y estuviera en reposo hasta que mis heridas internas sanaran a la perfección, llegamos a casa y me recosté en el sofá, no podía evitar sentirme triste por la pérdida pues mi cuerpo se sentía vacío sin mi bebé, los chicos me ayudaban un poco a no pensar en eso y trataban de acompañarme y darme muchos ánimos igual que Ariel.

-Ariel ¿Qué has sabido de mi madre? -El y los chicos se miraron como tratando de evadir el tema -¿Que pasa? -Pregunté preocupada
-Nena tu mami ha estado un poco enferma -Renata agachó la mirada
-Y ¿Porque no me habían dicho nada? -La miré molesta
-No era el momento indicado y lo sabes
-Quiero verla -Exigí
-No puedes, el doctor ha dicho que debes reposar y bien sabes que no puedes exponerte ahora a que tu padre te vea
-Pero debo verla, quiero saber cómo está Ariel
-Yo lo sé nena
-Mira que te parece si nosotras la buscamos e investigamos, y en cuanto tengamos noticias volveremos para decirte ¿Te parece bien?
-De acuerdo -Puse los ojos en blanco
-Ahora tienes que descansar miéntras nosotras vamos ¿Ok?
-Ok está bien
-Yo las llevare -Se ofreció Santiago
-Gracias chicos
-No hay porque, solo descansa y mejórate
-Trataré...

"REBECA" Una historia jamas contada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora