「 Capítulo 05 」

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El silencio de la fría madrugada recorre cada centímetro de la habitación, JungWoo mira sus manos nervioso, YukHei dijo que le haría el amor y se escuchó tan jodidamente bonito que en su estómago nacieron las más juguetonas mariposas.

—Comenzamos a jugar... —Lucas rompe el silencio —ahora.

JungWoo se sobresalta al sentir una mano sobre su hombro desnudo, su mirada se levanta hasta encontrarse con una preciosa sonrisa, lentamente Lucas se acerca a él para besarlo, el beso comienza lento, dándole a ambos tiempo para acercarse el uno al otro, JungWoo ni siquiera entiende cómo pasó de estar a un metro de distancia de YukHei a estar sentado sobre su regazo mientras envuelve las piernas en la cintura de su esposo.

Todo se intensifica, sin cortar el beso Lucas lo acuesta con delicadeza sobre el colchón, sus lenguas se encuentran por primera vez, calientes, húmedas, deseosas de explorar más allá de la boca contraria. No se niegan el gusto, YukHei baja por su cuello, clavícula y se detiene cerca de sus pezones, levantando la vista brevemente para deleitarse con la imagen de JungWoo ansiando que torture su cuerpo. Una sonrisa se le escapa antes de morder con cuidado el pezon izquierdo del mayor, su reacción es inmediata, todo él tiembla, sus manos se aferran a las sábanas, YukHei entiende lo que siente, recuerda su primera vez y como cada pequeño movimiento lo desarmaba.

Con la punta de sus largos dedos acaricia las costillas del mayor y va bajando por las curvas de su cintura hasta la parte interna de sus muslos, JungWoo ahoga un gemido contra los labios de YukHei, quien segundos después corta el beso para acercarse a la oreja de su esposo y lamerla con suavidad sin dejar de concentrarse en el trabajo de sus dedos que ahora acarician el miembro duro de JungWoo con claras intenciones de provocarlo aún más. Esta vez el mayor no puede evitar gemir, sus pequeñas manos sueltan la sábana y se aferran a los anchos hombros de Lucas, sus uñas clavándose desesperadamente cuando siente a su dolorosa erección ser masturbada con suavidad.

No quiere gemir, no quiere que YukHei escuche lo que está provocando en él, pero es tan difícil, tan condenamente difícil que su propio cuerpo lo delata al removerse ansioso bajo el cuerpo contrario.

—Hazlo mi cielo —su respiración se paraliza, ¿YukHei acaba de decirle "mi cielo"? —Gime para mí, quiero escuchar esa preciosa voz gimiendo.

Simple provocación, JungWoo lo sabe y aunque lo sabe, cae. Suelta su labio inferior que arde por la intensidad con la que lo estaba mordiendo y se permite gimotear bajito, escuchando al instante una suave risita proveniente de Lucas que coloca las manos sobre sus mejillas antes de darle un pequeño beso en la nariz. Sin más acerca el dedo pulgar hasta la boca de JungWoo y lo introduce de forma lenta, el mayor no duda en comenzar a chuparlo mientras mira tímidamente a YukHei, la intensidad de la mirada contraria lo vuelve una vulnerable masita de nervios, Lucas lo mira ansioso, serio, como si estuviera planeando con cuidado su próximo movimiento.

Inesperadamente vuelve a bajar, la espalda de JungWoo se arquea, sus uñas se entierran sin titubeos en el colchón, YukHei acaba de meterse su pene a la boca y mierda, lo dejó sin aliento. El menor lame, chupa e incluso muerda su erección, dulces quejidos parecidos a los de un cachorro salen de la boca ligeramente abierta de JungWoo.

—No... no, por favor —el placer lo consume, su polla duele, quiere más, necesita más —YukHei.

—Tranquilo mi amor.

Y ahí está otra vez el condenado tono de voz suave con aquellas palabras dulces que le provocan cosquillas en la pancita.

Lucas agarra el lubricante de la mesita de noche, lo abre y llena dos de sus dedos de él, ve a JungWoo tratando de regular su respiración tras casi correrse por el oral que le acaba de hacer, una vez más sonríe y entrelaza su mano con la del mayor para besarla brevemente antes de llevar sus dedos lubricados a la entrada de JungWoo.

Kataboom | LuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora