「 Capítulo 16 」

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JungWoo

Es increíble la cantidad de cosas que hay para bebés y también el precio de cada una de ellas. JungWoo se pasea por la gigantesca tienda encantado, jalando a Jae de un lado a otro. Normalmente cuando vas a comprar ropa para bebés te centras en buscar cosas para un sexo en específico, en el caso de JungWoo cualquier cosa es candidata a ser comprada, eso es malo para JaeHyun, quien está sujetando tanta ropa que a duras penas puede ver.

Luego de haber recorrido una eternidad de tiendas al fin llegan a la última, una donde hay unos preciosos monitos de animales con gorritos, pero no es lo mejor, no, no, ¡cada gorrito tiene orejitas! ¿Cómo puede haber una cosa tan adorable, preciosa, cute, hermosa? Debe llevárselos todos, obviamente.

—¿Necesita algo? —el dependiente se acerca a ellos.

—Quiero todos esos pijamas de animalitos.

—Pero señor, algunos se repiten.

—No importa, démelos todos, los quiero todos, Nana y Lele los quieren también.

El dependiente mira a JaeHyun, quien se encoge de hombros, conoce lo suficiente a JungWoo como para saber que si quiere algo terminará saliéndose con la suya, más aún si ese algo lo mata de ilusión.

—Parece que tiene muy mimado a su esposo —sonríe el señor mirando a JaeHyun —¿Es su primer bebé?

—¿Uhm? Oh, no, no —contesta JungWoo serio —es sólo mi ami... conocido.

La tarde de compras acaba, ambos caminan hasta el restaurante al que Jae quería ir, no está muy lejos y la verdad es que sienta bien caminar un poco con la suave brisa de la noche. Cuando llegan una amable camarera coge las bolsas y los guía hasta la mesa que habían reservado, una cerca de la ventana con una preciosa vista de la ciudad.

Luego de hacer el pedido JaeHyun comienza a hablar animadamente, pero JungWoo está muy ocupado jugando con su teléfono como para hacerle caso, todo es mejor que prestarle atención a Jae, incluso ver las fotos de su boda con YukHei, fotos en las que se nota que el menor irradia odio.

—Si pudieras ver como estoy, hecho mierda sin ti, escondiendo el dolor... me deprime cada canción, esas que hablan de amor como el que yo perdí —susurra Jae —de lunes a jueves sé disimular, pero llega el weekend  y me pongo mal, trato de ignorarlo y me voy a rumbear con un par de amigas para impresionar, pero cada vez que siento el celular, pienso que eres tú que vuelves a llamar y me pega duro tanta soledad...

  —¿Eh? —JungWoo por fin levanta la vista de su teléfono y deja a JaeHyun totalmente paralizado —¿Qué estás diciendo?

  —N-nada, ¡sólo estaba cantando!

  —Ah, igual no te escuché, es que nunca dices nada interesante.

Una vez más JungWoo comienza a ignorarlo, aunque ahora parece que lo está escuchan más que antes. Nervioso Jae tamborilea los dedos sobre la mesa, se prometió que sólo vería a JungWoo como un amigo, pero es difícil, demasiado.

—Bueno, hay algo de verdad en la canción, JungWoo yo...

—¡Oh! —lo interrumpe el menor poniendo una adorable expresión de sorpresa —¡Nana y Lele se mueven!

—Wow, ¿de verdad?

—Sí, ¿quieres sentirlos?

Jae afirma con la cabeza y JungWoo no tarda en sujetarle la mano para ponerla sobre su pancita, instantáneamente ambos sonríen, es imposible no hacerlo cuando un pequeño piececito te toca de manera tan dulce. La curiosidad por saber de quién es cada patadita inquieta a JungWoo, no quiere ser machista, pero le gusta pensar que las fuertes son de Lele y las más suaves de su princesa Nana.

Kataboom | LuWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora