• Día 3 •

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Todoroki confió a Midoriya aquello que más apreciaba en esta vida

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Todoroki confió a Midoriya aquello que más apreciaba en esta vida.

Y no. No era su tarjeta de crédito.

—¿Estás seguro de esto, Todoroki-kun? —inquirió Midoriya tragando saliva—. ¿Seguro de verdad?

—Claro que sí. Es la cuarta vez que te lo digo —Shouto dijo sereno—. Confío en tus habilidades.

—Puedo hacerlo de a poquito si quieres.

—No es necesario. Puedes hacerlo de una, si gustas.

—Es que temo que esto acabe mal...

—No es para tanto —Shouto rodó los ojos—. Ya lo hice otras veces, creo que es obvio.

—¡Pero es mi primera vez! —chilló Izuku—. ¡Por las tangas de All Might! ¿Cómo puedes estar tan confiado?

—Es que contigo me siento seguro, cariño —Shouto le dio una palmadita en la mano—. Anda. Ya aprieta eso de una vez.

Claramente Todoroki no hablaba de algo tan mundano como su dinero.

Ni tampoco su trasero, ¿qué diablos? Eso se lo daba todos los días a Izuku. No necesitaba preguntar tantas veces si estaba seguro ya que el rostro lujurioso en su mirada por las noches se lo decía todo.

De vez en cuando era recíproco y él le entregaba el suyo a Shouto.

Nadie creía que con esa carita de ángel era el que llevaba las riendas en esa relación. No solo en el día a día, sino que también en la cama. Izuku no era del todo un santo —pero a veces se encontraba envidiando a todos aquellos que eran capaces de conservar sus florcitas y no eran culisueltos como él— y eso se notaba claramente en sus acciones, mientras que en otras... no tanto.

Alfa, seme, dominante, Don Polla Colonizadora, daddy... en el idioma que uno eligiese ponerlo. Izuku no era quisquilloso.

Puede que no fuese tan activo como Kacchan era un pasivo —especialmente con Kiri, la bestia rubia tsundere se transformaba todavía más— pero eso no quitaba que le gustaba sodomizar a Shouto.

Pero ese no era el punto en ese momento. El tema era que Shouto confió a Izuku con aquello sagrado que tenía, su santidad más grande y la florecita de su cuerpo que él más cuidaba.

—Te están temblando las manos —notó Todoroki con una ceja arqueada que Izuku vio a través del reflejo en el espejo.

—¡Claro que no! —rio nervioso—. Estoy tan tranquilo como un caracol borracho.

—Entonces, ¿por qué se siente como si un terremoto azotara mi cabeza?

Midoriya fue que entonces notó el tembleque de sus manos. El pincel se movía más que los traseros de Kirishima y Kaminari en el antro cada vez que se pasaban de tragos al ritmo de Malumight.

TodoDeku Week 2018 - [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora