MÍA, SOLO MÍA

Capítulo 2

El profesor me mira con seriedad, seguro por llegar tarde, se cruza de brazos y habla con un tono de reproche.

- ¿Se puede saber por qué llegó tarde a mi clase? -

- Disculpe la demora, no podía encontrar el salón de clase ya que como sabrá... soy nueva aquí y ya no había a quien preguntar - Hablé con educación aunque realmente quería decirle en tono sarcástico todo lo que se me pasaba por la mente.

- Está bien, está será la primera y última vez que la dejaré pasar... Preséntese y luego tome asiento -

Asentí, terminé de entrar al salón y me paré en frente de todos; realmente no me ponía nerviosa hablar frente a más personas, así que hablé con normalidad.

- Mi nombre es Vanessa Wolf, próxima Alpha de la manada "Selverik". Pero espero que mi título no sea una oposición para llevarme bien con ustedes - Sonreí con simpatía.

La clase se llenó de murmullos pero la mayoría eran de aprobación, otros de curiosidad. El profesor se levanta de nuevo y se acerca.

- Puede sentarse junto a la señorita West - Apunta con la mirada a una chica que levantó la mano.

Asentí y caminé hacia aquel lugar sentándome junto a la chica quien era realmente linda, cabello rubio, ojos color ámbar, y lentes; aunque lo que no comprendo es... ¿Por qué los usa si albparecer no tienen aumento?

- Hola ¿Cómo te llamas? - Pregunté sonando lo más amable posible. Ella sonríe amable antes de responder.

- Soy Valeria West, es un placer conocer a la futura Alpha de Selverik -

- Y para mi es un placer conocerte a ti... Espero que no te moleste que pregunte pero... ¿Tus lentes llevan aumento? -

- En realidad no - Ella se los saca para mirarlos y yo igual los miré atenta.

- ¿Entonces... por qué los usas? -

Valeria se encoge de hombros mientras sonríe con diversión.

- Creo que me veo mejor con ellos, es todo -

- Pues la verdad es que si te sientan bien, aunque igual te ves bien sin ellos - Opiné sonriendo.

- ¿Lo crees? -

- Pues si, no me gusta mentir, te lo digo desde ya -

- Entiendo, gracias por el cumplido -

Ambas sonreímos amablemente y no pudimos evitar querer conocernos más, durante toda la clase nos hicimos preguntas la una a la otra y realmente pareciera que nos conocemos de toda la vida ya que hablábamos como mejores amigas.

Era muy agradable, aunque no teníamos casi nada en común, pero eso no nos impidió llevarnos bien; teníamos la misma opinión con respecto a algunos temas, pero gustos diferentes.

El profesor nos llamó la atención un par de veces, nos quedábamos calladas por dos minutos pero luego ya habíamos empezado un nuevo tema de conversación y tratamos de no ser descubiertas hablando de nuevo.

Hasta que el timbre del final de la clase sonó, todos los demás se apresuraron para salir, pero Valeria y yo conversábamos mientras organizamos nuestras cosas antes de hacerlo; cuando por fin salimos del aula mientras no parábamos de hablar, nos distrajimos ocasionando que nos chocaramos con alguien más.