Finalmente había llegado el momento, me habia preparado rápidamente luego de haber salido del hospital; fuimos al bosque donde solo mi familia y pocos amigos estarían conmigo ya que los demás tenían asuntos que atender.
Entonces... cuando la luna estuvo en su punto más alto y llegó el momento... sentí un dolor horrible. Mis huesos comenzaron a romperse y volver a formarse.
Ahora quería preguntarle a mi abuela el por qué hizo esto tan horriblemente doloroso.
Apreté el suelo con mis manos pero estas se transformaron en patas con garras que se clavaban en la tierra, mi cuerpo se estiró y se llenó de pelaje hasta que todo cesó. Respiraba agitada por todo pero ya no sentía dolor, solo un poco de picazón.
"Hola hola, soy Sky, tu loba"
Me habla por el link que por fin tenemos.
"Hola Sky, es un placer conocerte al fin"
"El placer es mío, Vanessa, ya quería poder hablar contigo"
"Yo igual, me moría de ganas de conocerte"
Sonreí para mis adentros pero me di vuelta para ver a los demás quienes sonreían con felicidad y orgullo. Yo quería saber ya como era así que corrí hasta el lago más cercano y me miré por el reflejo de este.
"¡Sky! Eres realmente hermosa"
"Gracias tú igual lo eres... ¿Te parece correr un poco más?"
"Claro que si, lo he esperado toda mi vida"
Salí corriendo felizmente y con emoción, corría tan rápido que podía sentir como si flotara, apenas y podía distinguir mis alrededores pero si lo suficiente como para esquivar los obstáculos. Mis sentidos se había agudizado mucho más y ahora sentía que podía escuchar y percibir cualquier cosa.
Esto era realmente increíble. Aullé feliz antes de regresar con mi familia la cual comenzó a halagarme al igual que mis amigos. Por lo tarde que era todos decidimos irnos de una vez, me despedí de los demás y fui a mi habitación.
Chillé contra mi almohada por mi emoción.
Tenía diecisiete años ya y por fin me había transformado ¡Esto es genial!
- Es verdad... - Murmuré sonriendo y levantándome.
¡Ya podría encontrar a mi Mate!
Evité gritar pero las ganas no faltaron. ¡Diosa! Ya quiero saber quién es...
Pero... quería que fuera Jake... después de todo... me gusta... Abuela querida, por favor dime que es él porque voy a llorar si no.
Es mentira, no lloraré... creo, pero si me deprimiré.
Resoplé tirándome de espaldas a la cama y mirando el techo, pensaba bastante en Jake, más de lo que pensaba en que por fine había transformado. Me di media vuelta, abracé una almohada fingiendo que sería él y me dormí con una sonrisa de tonta enamorada en el rostro.
Mañana sabré que no es él pero lo confirmaré hasta mañana, mientras... se lo dejaré como angustia para la Vane del futuro.
***
***
La alarma de mi despertador vuelve a sonar espantándome de nuevo, gruñí y me contuve de tirar mi teléfono contra la pared; lo apagué y fui al baño a asearme y luego me cambié.
Salí de mi habitación y fui hasta el comedor para desayunar pero todos estaban con sonrisas enormes cuando me vieron llegar.
- Am... ¿Hola? - Saludé extrañada - ¿Por qué me miran así? -
Mi madre se acerca a mi y me abraza, correspondí a su abrazo aún extrañada y sin comprender que les pasaba. Hasta que mi papá decide hablar.
- Pasado mañana será tu presentación como la nueva Alpha de la manada -
Abrí mis ojos de par en par al recordarlo y yo también sonreí ampliamente además de empezar a dar saltitos en mi lugar; todos se ríen levemente por mi reacción pero yo estaba bien emocionada.
Pero finalmente decidimos desayunar todos juntos y luego llevé a mis hermanos al instituto. Nos separamos y yo fui a mi clase donde me encontré con mis amigos pero Jake no estaba.
- ¿Y Jake? - Cuestioné sentándome.
- Llegará más tarde, tiene asuntos en la manada, no te preocupes -
- Está bien -
ESTÁS LEYENDO
MÍA, SOLO MÍA
Loup-garou¿Alguna vez... se preguntaron quién o qué creó a la madre y Diosa de todos los Licántropos: La Diosa Luna? Pues yo, Vanessa Wolf, sería la primera de mi generación y desde hace diez mil años... que sabrá sobre eso. Pero... ¿Qué tenía todo eso que ve...