MÍA, SOLO MÍA

Capítulo 8

Narra Vanessa

¿Dónde... estoy?

Murmuré mientras miraba a mi alrededor, no había nada... literalmente nada, todo estaba en negro.

¿Qué hago aquí?

Intenté moverme pero no podía hacerlo, intenté decir algo pero tampoco, al igual que no podía abrir los ojos... Era desesperante.

Pero entonces escuché algunas voces... eran leves pero creo que podía reconocer a mi madre entre ellas. Volví a intentar hacer algo pero no podía hacer más que pensar, era frustrante y molesto.

Finalmente vi una luz muy brillante que me cegó por completo, pero al abrir los ojos estaba en otro lugar; no comprendía nada, ni siquiera el por qué ahora sí podía moverme. Miré mis manos un momento pero luego vi la figura de una mujer frente a mi y al verla mejor entendí de inmediato quien era.

- Diosa Luna - Me arrodillé enseguida y agaché la mirada.

- De pie, no hay necesidad de hacer eso - Habla con una voz suave y gentil.

Hice caso al instante y la miré confundida mientras ella me sonreía. Miré a todos lados y decidí preguntar.

- ¿Qué es este lugar... ? -

- ¿No te gusta? -

- Me fascina... - Respondí mirando el prado en el que estábamos, habían pequeños lagos con riachuelos que el sonido del agua, además de lo demás, causaba mucha paz.

- Este lugar lo hice para relajarme y relajar a otras -

- ¿Otras? -

Ella me sonríe un momento y me hace una seña con la cabeza para que la siguiera, lo hice sin rechistar y ambas caminamos por el prado hasta ver un árbol enorme pero hermoso con sus flores perfectas, nos acercamos a este.

- Cada mil años, una de estas flores cae sin razón; la más hermosa de todas ellas se desprende de su tallo y con la brisa toma un viaje de ida... hacia tu mundo... -

Miré el árbol y luego las flores, no comprendía pero ella siguió.

- Esas flores que se alejan del árbol llevan algo especial en ellas... llevan dos almas, humana y lobuna - Extiende su mano y del polvo de los alrededores se crean imágenes haciendo ver una flor con dos bolillas como canicas en el centro.

Dentro de aquellas bolillas había la forma de un bebé en una y la forma de un cachorro de lobo en la otra.

- Una de estas flores fuiste tú -

- ¿Y..Yo? - Asiente - ¿Y... eso que significa? -

- Que eres alguien mucho más especial de lo que crees... y que estás conectada directamente con este árbol... y yo... -

Abrí los ojos de par en par, pero entonces fruncí el ceño.

- Un momento... pero... ¿Usted cró este árbol? -

- No... el árbol me creó a mi... -

- ¿Qué? -

- Verás... hace tanto tiempo, cuando todo recién comenzaba a ser creado, los Dioses del sol y el tiempo decidieron que faltaba algo que ayudara a la tierra a controlar los problemas del clima que antes existían. Ambos Dioses hablaron con la Diosa Natura... y los tres usaron sus dones para crear este árbol - Ella toca el tronco de este - Cuando obtuvo su primera flor la soltó y de ella nací yo y junto a mi la Luna, la cual fue responsable de arreglar los problemas que preocupaban a la tierra, todo fue mejorando desde entonces, pero entonces descubrí... que podía hacer más -

La Diosa Luna me mira y yo solo me concentré en lo que escuchaba, sonríe y vuelve a mirar el árbol.

- Además de hacer salir la Luna con diferentes fases... supe que yo también podía crear vida, lo intenté luego de ver a Natura y Sol haciendo lo mismo, mientras ellos creaban las plantas, humanos y animales... yo quería algo que combinara estos dos últimos ya que... son mis seres favoritos -

Sonreí ligeramente entendiendo como iba esto.

- Fue cuando se me ocurrió crear la mezcla entre ambos pero mi creación favorita fue la mezcla entre humanos y lobos, eso no quiere decir que no ame o ame menos a mis demás creaciones; al contrario... amo a todos, pero a los licántropos les tengo un gran aprecio por ser mi primera creación -

Ella y yo decidimos sentarnos y así poder escuchar mejor su historia.

- Los demás Dioses no se opusieron, la verdad... les agradó y se encariñaron, así que me dejaron seguir... pero un día, mientras creaba a otro licántropo... accidentalmente dejé caer un alma junto a su lobo en aquel lago - Apunta a este.

- ¿Y... qué sucedió? -

- Ese lago está conectado con el árbol, es el que lo refresca siempre... y como el árbol me creó, al entrar en contacto con sus almas... les dió algo único... -