MM; -Y por todo ese cariño que te tenemos, Mike -dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue especialmente hecho para la ocasión -queremos que formes oficialmente parte de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la mano de...
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Dustin se colocó el esmoquin perfectamente confeccionando para él. La tela era suave, negra y de calidad. Era su día, era el momento de demostrarles a los demás que no era un impulsivo y que su matrimonio con Kayla podía funcionar tan bien como lo estaba haciendo el de sus amigos. Todavía estaba sentido con ellos, había pasado un mes y no se habían hablado. Sabía gracias a los chicos que El al fin había aprendido a cocinar y a tender una cama, y que Mike preparaba todos los papeles para su admisión a la universidad, pero no les había dirigido si quiera una mirada hasta que se disculparán por desconfiar de él. Subió al Mercedes negro que lo esperaba fuera del departamento en el que se encontraba. Se mudaría a Hawkins una vez casado, sus padres vivían en Indiana y también se habían opuesto a esa boda. Incluso más que los Wheeler. Todo el trayecto se hizo insoportable. No era una fiesta tan grande como la de Mike, ni siquiera le habían hecho despedida de solteros. Ni siquiera tenía más invitados que sus amigos, los cuales harían de testigos. En realidad, era una boda triste, una boda que nadie quería. Y eso le dolía a Dustin, porque más que para demostrarle a los demás que podía ser responsable y dejar de ser el bufón del grupo, quería que ellos tuvieran en claro que se había enamorado de Kayla. Estaba molesto porque había pensado que Mike lo entendería. Él le había contado que cuando tenía ocho años, la primera vez que vio a El con su cabello castaño y un vestido lila, se enamoró de ella y supo que su destino era estar con ella. No entendía por qué Mike no quería aceptar que a él le había ocurrido lo mismo con Kayla. Se bajó del auto con las manos sudorosas, con la voz en un hilo y con la cabeza en otro sitio. Los nervios lo comían vivo, pero era valiente y el cariño que sentía por la chica castaña lo impulsa a entrar al registro civil. Habían acordado no casarse por la Iglesia, necesitaban invitados y eso era lo que menos tenían. Entró al edificio y se encontró con Lucas, Max, Will, Shopie, Matt y Bev esperándolo. Kayla aún no llegaba y Dustin sonrió que al menos mantenía la tradición. La chica llegó luego de diez minutos, iba con un vestido blanco floreado hasta las rodillas, perfecto para un día verano. Dustin le tendió la mano y ella la sostuvo, estaban listos, se casarían aunque el mundo entero se viniera abajo. Procedieron a leer los documentos y presentar a los novios y a los testigos. Era una ceremonia bastante triste, más vulgar y corriente que en una Iglesia o en algún sitio arreglado para una boda, pero a pesar de que Dustin tenía la condición social para haber optado a más, no lo hizo porque Kayla se lo pidió. El juez los casó después del papeleo, los hizo firmar y legalmente Kayla había pasado a ser una Henderson. Los chicos se acercaron a felicitarlos con brazos, algo incómodos por la ausencia de sus otros dos amigos y por la precipitada decisión de su amigo. Will pensaba que sólo era un capricho más de Dustin, a veces hacía cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias, así que no se asustó demasiado con su compromiso. Matt no lo conocía tan bien como Will, así que se decía que Dustin sabía lo que hacia. Pero Lucas estaba horrorizado, temblando del miedo de que Dustin se divorciara al día siguiente y se decepcionara y frustrara. Sin embargo, Dustin parecía estar en una nube de cristal, volaba con una sonrisa sujeto de la delicada mano de Kayla, pero parecía que en cualquier momento el encanto se podía quebrar. Cuando salieron del registro civil en silencio, se detuvieron de golpe. Frente a la cera, una pareja los esperaban e iban vestidos para la ocasión. —Creí que no aceptaban todo esto —les gruñó Dustin, con cierto dolor en la voz. —Es verdad, pero eres mi mejor amigo y amante, ¿en serio creíste que faltaría a tu gran día? —Dustin sonrió de inmediato al escuchar las palabras de Mike, y Kayla lo dejó correr a abrazar a Mike. Cuando se separaron, Dustin le dio un efusivo abrazo a El también, ella se disculpó por lo que había dicho cuando le anunció que se casaría y le dijo que ella lo apoyaría en todo, por más alocado y absurdo que fuera. Después, El fue a felicitar a Kayla y le advirtió que a la que hiciera sufrir a su amigo, la tiraría por la escalera. Cada pareja se fue en un auto a un restaurant donde habían hecho una reservación para la celebración. Tuvieron que agregar tres puestos más, ya que a la media hora llegó Louis con una guitarra y se puso a cantar una serenata para la feliz pareja. Mientras comían, Mike no pudo evitar preguntar: —Dustin, en serio ¿Por qué esta boda tan precipitada? —Tú te casaste en tres meses, y yo en uno, no veo la diferencia, ambas bodas fueron precipitadas. —Ya, pero yo tuve que esperar diez años para declararme —Dustin guardó silencio, era un buen argumento que no podía discutir. —La verdadera razón... —los interrumpió Kayla —... es que Dustin será padre. Mike escupió su jugo, Will se atoró con la comida, El abrió la boca, Lucas gritó un gran ¡¿Qué?!, Bevy los miró sorprendida, Shopie no podía creerlo, Max casi muere ahogada con un trozo de carne y Louis exclamó con felicidad: —¡Lo sabía! Todos pasaron de Kayla, a su estómago y luego al rostro de Dustin, quien había empalidecido como una cala. —Espera... ¡¿QUÉ, YO PADRE?! Parecía que en cualquier momento se iba a desmayar, hasta que El estalló en carcajadas y luego Kayla. —Te acabas de casar Dustin, ¿en serio un hijo te parece "impsoble"? —¡No estoy listo! ¡Pido el divorcio! — comenzó a chillar. Pero Kayla seguía riendo y todos fijaron su atención en ella. —No puedo creer que cayeran... —decía entre una carcajada y otra—. Dustin, no serás padre, deja de hacer escándalo, y ustedes... —les dijo al resto, apuntándolos con en el dedo —...No sean tan ingenuos, ¿si? —Bueno... —le dijo Mike a El mientras los demás comprendían la broma y Dustin salía del susto bajo la risa de Kayla, que no podía soportar las carcajadas—. Al menos sabemos que son tal para cual, un par de niños sin niñera. Y El no podía estar más de acuerdo.
