MM; -Y por todo ese cariño que te tenemos, Mike -dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue especialmente hecho para la ocasión -queremos que formes oficialmente parte de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la mano de...
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Capítulo 26
—¡Papá! —gritó Carl. Movió los brazos con energía y botó un vaso con bebida, derramando todo sobre el mantel nuevo.
—Carl, mira lo que hiciste —le regañó Kayla. Era divertido ver como Dustin se comportaba como un niño al lado de su hijo, haciendo enojar Kayla. Mike río conmigo, ocultando su sonrisa detrás de mi cabello, mientras sostenía a Skylar.
—Mike, detente o botarás a la niña —murmuré, sin mucho convencimiento.
—No le pasará nada.
Y eso era verdad, Skylar era la devoción de Mike, lo daba todo por ella. Y como hoy era su cumpleaños, no la soltaba ni siquiera para ir al baño, quería pasar cada minuto del día a su lado, a pesar de que Skylar llorara porque quería caminar y jugar con Carl.
Era extraño estar todos juntos. Al final, Bevy seguía con Matt, Kayla casada con Dustin ante un impulso, Shopie era muy amiga de Will aunque todo el mundo sabía que había algo más, y Max, mi querida prima, al final había logrado vencer la timidez y se quedó con Lucas. Era estupendo saber que mis mejores amigos estaban juntos, todos, y que ahora nos visitaran junto a mis padres y Karen en el cumpleaños de Skylar.
—¡Papá! —volvió gritar Carl y esta vez lanzó un pedazo de pastel contra el rostro de Dustin. Mike estalló en carcajadas, agradeciendo que Skylar fuera tan calmada y no una revoltosa como Carl.
—¡Carl Henderson! —exclamó Dustin. Su gritó despertó a Skylar, que se había quedado dormida hace poco, y se puso a llorar con ganas. Y Carl la siguió.
—¿Ya ves lo que haces, Dustin? —le regañó Will—. Eres un desconsiderado, haces llorar a tu hijo y a tu sobrina, que mal tío eres.
—No seas tan cruel, William —replicó Dustin.
—Pásamela —le dije a Mike en medio de la pelea. Al principio no quiso, pero terminó por entregármela al ver que Skylar no dejaba de llorar.
Skylar se quedó tranquila de inmediato y comenzó a jugar con mi cabello, como siempre hacia cuando la sostenía yo. Acarició mi rostro con sus manos y la besé en la mejilla. Era sorprendente como cada vez sus ojos se parecían más a los de Mike, y su cabello negro también. Eran demasiadas coincidencias, e incluso llegué a preguntarle a Mike si no me había engañado con alguien, porque Skylar era su vivo reflejo. Pero siempre él me respondía que jamás se atrevería a mirar a otra mujer cuando estuvo más de la mitad de su vida enamorado de mí. Podrían pasar los años, pero ese lado cursi y romántico de Mike, me temía, que no se iría jamás. Aunque en parte me alegraba, eso significaba una discusión diaria, y una reconciliación también.
Pero sin duda, lo que más me gustaba, era cuando al final él me decía que no tenía ojos para nadie más porque me amaba demasiado, y también a Skylar, y no se atrevía a destruir la felicidad que tanto le costó construir.
Era un romántico sin causa ni solución.
—¡Las velas! —gritó de pronto Holly. Ver a mi hermana pequeña, ya adolescente casi adulta, era divertido, porque aún no podía quitarme de la cabeza esa vez que nos ayudó a mí y a Louis a saber que Mike estaba celoso. Extrañaba esos años, pero también estaba emocionada por los que vendrían.
Si me ponía a recordar, habíamos cometido demasiadas locuras jóvenes, más jóvenes que ahora. Era una exageradad e histérica, me arrepiento de haberme comportando tan fría el cumpleaños de Mike y mostrarme diferente ante su declaración, me arrepentía demasiado, por eso, trataba de hacer lo mejor para él siempre. Porque le amaba y nunca me había sentido tan segura de algo.
Colocaron las velas en el pastel y cantamos el cumpleaños feliz, Skylar no parecía emocionada, seguía algo asustada por todas las personas a su alrededor, estaba acostumbrada a mi presencia la mayor parte del día, a Mike por las tardes cuando llegaba del trabajo y de Nana y Asesino, nuestras mascotas.
Mike y Carl soplaron las velas por Skylar, y Dustin estampó el rostro de Mike en el pastel. Kayla estaba al borde del colapso, Matt y Will no hacían más que reírse, mientras Lucas intentaba limpiar a Mike.
Dejé a Skylar con Carl para que jugara, se llevaban bastante bien y eso no le agradaba para nada a Mike, consideraba a Carl como una amenaza. Decía que le quitaba tiempo de su hija. Un padre celoso y esposo también.
Miré a todos mientras comían pastel, y de repente, Mike me atrapó en sus brazos y me apartó hasta nuestra habitación.
—¿Qué sucede? —inquirí, sentándome en la cama.
—Sabes, no lo hacemos tan mal como padres, ¿no lo crees?
—Pff... tú eres un súper papá, así que supongo que no —sonrió de medio lado y se arrodillo frente a mí. Me besó en los labios, con dulzura y me recordó esa vez en que me besó el día que comenzó todo esta locura. La diferencia, es que la primera vez me obligué a reprimirme por la rabia que sentía, pero ahora, dejé que mis labios respondieran por mí y se fundieran con el aliento de Mike.
—Estaba pensado... que Skylar se podría sentir algo sola... —murmuró contra mi oído cuando nos dejamos de besar.
Lo miré por unos segundos y sonreí como tantas otra veces.
Sabía de lo que estaba hablando.
—Bien, pero que esta vez no se parezca a ti, o de verdad comenzaré a sospechar —el río por lo bajo y me volvió a besar, esta vez, como si el mundo se fuera a acabar.
