Capítulo Veintiocho

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Mike estaba a mi lado, sentados en las sillas de la sala de espera

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Mike estaba a mi lado, sentados en las sillas de la sala de espera. Aly se paseaba de un lado a otro, muy nerviosa, mucho más que Phill, su padre, quien estaba al borde del colapso en ese preciso momento mientras Skylar estaba en trabajo de parto de su segundo hijo.

—¿Y si tiene problemas? ¿Y si el bebé no puede salir? —reprimí mi risa para no ponerlo más nervioso, pero le dije con tono tranquilizador.

—Phill, estuviste tal cual cuando nació Aly, si Sky lo pudo hacer una vez, lo hará dos veces —revolvió su cabello, con la incertidumbre en el rostro. A veces me preguntaba de que forma hubiese reaccionado Mike de yo poder tener hijos. Me imaginaba que estaría peor que Phill, respirando junto conmigo y gritando de las contracciones, cuando la del dolor sería yo.

Aly finalmente se sentó en la silla frente a mí, se veía ansiosa y emocionada, pero había algo más, una cosa que la molestaba y que no pasaba desapercibida antes mis ojos.

De pronto, irrumpió en la habitación Josh, venía solo, sin su familia.

—¿Ya ha nacido? —pregunto.

Todos negamos con la cabeza y él suspiro aliviado. Al parecer, había hecho una carrera desde el estacionamiento al hospital. O tal vez desde la casa, lucía demasiado agotado.

—¿Hace cuanto que entro? —preguntó otra vez.

—Cuatro horas —contestó Mike. Lo que no había cambiando eran sus ojos y ese brillo que tenía en su mirada cuando estaba muy feliz, como ahora.

Josh se sentó a mi otro lado y apoyó su cabeza en mi hombro, para ser un adulto, seguía creyéndose un niño pequeño, y eso en parte era mi culpa, lo había consentido demasiado cuando se unió a la familia que algunas costumbres nunca se iban.

Y me alegraba que no lo hiciera, porque mi favorita era la que Mike estaba haciendo en esos momentos, acariciaba mi mano y mis dedos con la suya. Ya no lo hacía para disculparse, con el tiempo el significado de ese gesto había cambiado, ahora lo hacia cuando estaba a gusto con la situación.

—Familia de Skylar Moon —llamó de repente una enfermera. Mike hizo una mueca que pasó desapercibida para los demás, menos para mí, conocía muy bien ese gesto. Aún le molestaba el hecho de que Skylar no llevara su apellido, no soportaba la idea de que ahora compartiera su amor con otro hombre. Seguía siendo un celoso sin remedio.

Todos nos pusimos de pie y Phill empalideció de inmediato, esperando malas noticias. Nos acercamos a la enfermera y ella nos sonrió a todos, nos calmamos y sonreímos también, menos Phill, que seguía encerrado en el mundo de las tragedias.

Sky era una chica muy optimista, divertida y hacia locuras cada cinco minutos sin medir riesgos. Phill era todo lo contrario, y a veces Mike se preguntaba que como es que su pequeña se casó con alguien como él. Le hacia callar enseguida, porque nosotros éramos prácticamente iguales, con otras características, pero tan opuesto como Sky y Phill.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 | Mileven Donde viven las historias. Descúbrelo ahora