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Kim Namjoon se subío rápido sobre el marco de la ventana, viendo aquellos ojos azules dilatados y como las orejas de aquel gato blanco se hacían atrás y su cola se esponjaba, maullando de forma salvaj, poniéndose en posición de ataque

¡Estúpido gato abusivo! ¡Y pobre de su culito!

—¡Gato pulgoso! ¡Me has profanado!— amenazó aquel gato blanco transformándose en su forma humana y corriendo en dirección del gato callejero.

—Creí que eras una...gatita—comentó nervioso el gato negro un poco tembloroso ante el aroma de furia que el ajeno soltaba.

—¿¡Tengo cara de ser una puta gatita?!—gritó Yoongi tomando al gato negro del cuello.

Namjoon se transformó en su forma humana y cayó el suelo, ambos empezaron a rodar mientras Yoongi trataba de meterles las garras cómo podía aquel abusivo animal.

El gato negro dio un maullido y la puerta del cuarto se abrió de un solo. Ambos gatos volvieron a su forma animal. El humano encontró a ambos gatos haciendo el característico sonido de rechazo mientras estaban esponjosos y se miraban en ataque.

—¡Oh por dios, mi jodido gato!—gritó aquella mujer, tomando al gato blanco entre sus manos y mirando al gato negro con horror, dando patadas al aire—¡Fuera animal del demonio!

—¡Si, fuera animal del demonio!—habló Yoongi retorciéndose en las manos de su humano.—¡Me violo, humana, me profanó! ¡Yo era casto!

—¡No te preocupes MinMin, mami está aquí!

—¿Te llamas MinMin?—preguntó Namjoon aún nervioso por lo acontecido..

—¿Qué? ¡No! Soy el gran gato Min Yoongi.

—Entiendo, soy Kim Namjoon—Namjoon se subió al marco de la ventana.

— ¡No me interesa tu nombre, gato pulgoso! ¡Vete de mi casa, meow! ¡Humana suéltame que me estás impidiendo que lo mate!—maulló más fuerte Yoongi.

La dueña frunció el ceño escuchando " ¡meow meow, meow meeoooow!"

La humana empujó a Namjoon desde el marco de la y cerró de un golpe. Yoongi se sobresaltó ante aquel brusco trato hacía el gato negro. La mujer maldijo en bajo y dejó a su gato en el suelo, Yoongi subió al marco de la puerta y entrecerró los ojos.

—¡Ay estúpida humana, lo mataste! ¡Yo quería matarlo!

Un pequeño conejito ingresó al cuarto, dando saltitos pequeños, la puerta estaba medio abierto y aprovechó el momento para ingresar a ese lugar. Con sus enormes ojos negros, contempló al gato con la boca abierta y arañando la ventana y agitando la cabeza de un lado al otro como si algún demonio se le había metido.

—¿P-papi, estás bien?–habló el pequeño conejito extrañado.

Yoongi se giró de un solo y se tiró al suelo. Contemplando al conejito de pelaje café, solo era un niño de tres añitos. Sus padres habían sido comida para una fiesta y entonces el gato al ver el trágico final que podía tener el bebé que dejaron, decidió secuestrar de la casa que visitó, salvandole la vida. Cuando el conejito llegó a la mansión, la pequeña niña humana, hija de la dueña de ese lugar, se encariño rápido y lo adoptaron, llamándole Kookie de cariño.

Por supuesto, el conejito aún era un niño y no sabía distinguir que el gato blanco no era su Papi, era un bebé cuando llegó a la casa.

—No pasa nada pequeño—habló el gato, tomando del cuello al conejito y suspiró—solo fué un intruso pulgoso ¿Ya comiste?

—Si papi—habló el conejito mientras se dejaba llevar por el gato blanco—incluso ya me cepillaron mi pelaje.

—Entonces es hora de ir a la camita.


Namjoon logró ingresar por la pequeña puerta del jardín para la entrada de Yoongi, buscó con su olfato la comida y al verla, maulló emocionado. Comiendo lo que podía y tomando agua, para su suerte ningún humano estaba presente. Entonces Yoongi dejó caer al pequeño conejito y sus ojos se abrieron al ver al gato negro tragándose su comida.

¡Su comida, maldita sea!

—Tú...¡Gato pulgoso! ¡Esa es mi comida!

—Está rico este atún—dijo Namjoon mirando a su derecha y entonces una patada voladora fué a su rostro.

—¡Esta no es tú casa, abusivo!—maulló Yoongi.

El conejito empezó a lloriquear cuando se lastimó su traserito en la caída. Yoongi tragó duro y corrío de un solo donde el pequeño.

—Ya, ya pequeño, lo siento—el gato blanco maulló en dirección de Namjoon—¡Mira lo que hiciste, por tu culpa está llorando, lo asustas!—reclamó Yoongi al gato negro.

—Y-yo...lo siento—se disculpó Namjoon alejándose un poco y tembloroso.

Namjoon agachó la cabeza y se alejó en dirección de la puerta, contemplando el hermoso pelaje blanco y brillante, los ojitos azules del gato blanco y su collar. Lloriqueó en bajo, su pancita rugió, suspiró con pesar. Alejándose en silencio del lugar, tal vez fué mala idea buscar comida en esa casa. Había obtenido golpes en el proceso y encontrándose con un gato malhumorado que casi le sacaba los ojos.

¡El solo quería una gatita!

—Hey—llamó Yoongi desviando la mirada—p-puedes comer algo...pero solo un poquito ¡Escuchaste! ¡No es como si quisiera darte mi comida o que me des lástima! ¡Eres un gato pulgoso y callejero! —maulló sonrojándose y tomando al conejito de nuevo con su hocico—Fingiré que no te ví, cuando termines de comer...te vas.

—¿En serio?–preguntó emocionado Namjoon corriendo en dirección del plato—¡Gracias!

Yoongi se sorprendió al ver al gato negro comer con tanta emoción y suspiró, alejándose con el pequeño conejito. Al llegar a la casita del pequeño Jungkook, lo depositó con cuidado sobre la colchita de la camita. El conejito se acostó, dejando a la vista sus afelpados cachetitos.

—Papi. Ese señor debía tener mucha hambre—comentó el pequeño.

—Si, supongo—respondió Yoongi con seriedad.

—¿Ese señor es de la calle papi? Seguramente se portó mal y por eso sus dueños lo echaron de la casa

—¿Por qué dices eso pequeño?

—Los perros guardianes estaban hablando de eso un día de estos. Dijeron que los animales que viven en la calle es porque se portaron mal con los humanos, fueron insoportables y por eso son echados, como castigo ¿Ese gato es malo, papi?

—Esos perros son muy mal hablados—comentó el gato dándole un lenguetazo en la mejilla al conejito. Noches pequeño.

—Noches papi.

Yoongi suspiró y se retiró en silencio. Muchas veces envidiaba a los gatos callejeros, ellos conocían el mundo, podían comer lo que quisieran, pasar tiempos sin bañarse. Conocían otros gatos y él estaba allí, en esa mansión, como gauto enjaulado, incluso sus garritas le solían cortar y lo regañaban siempre que deseaba hacer una travesura.

Al llegar a su cuarto, que solo era para él. Se acostó en su cama redonda y cerró sus ojitos. De repente abrió los ojos como dos platos al sentir su vientre cálido y recordó que el maldito gato lo había penetrado.—¡OH POR DIOS; JODIDO GATO PULGOSO... COPULÓ EL HIJO DE PUTA...MEOOOOW!—dío un enorme grito el gato blanco.


Mientras por otro lado, un gato negro iba con las más grandes de las sonrisas, moviendo su cabeza de un lado a otro tarareando ¡Ese gato blanco había sido muy amable con él! lastima que no había sido una hermosa gatita con la cual pasar el tiempo; pero no importaba, a la próxima tendría suerte.



NAMGI || OMFC!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora