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Namjoon maulló cuando las puertas de un carro se cerraron y no podía moverse en esa pequeña jaula de mascota en lo que lo habían metido, subió su mirada escuchando la voz de los humanos, que parecían conversar sobre algo. La dueña de Yoongi vío el carro, notando la mirada del gato negro sobre ella. El transporte se encargaba de donde llevar a los animales de la calle algún lugar. La mujer afirmó algo y anotó sobre un papel y sonrió.

—¡No, señora, le prometó que ya no seduciré más a nubecita! ¡Pero no me lleve al matadero!—maulló Namjoon queriéndose liberar—¡Quíteme los huevitos; pero no a Nubecitaaaaaa!

—No seas idiota—escuchó una voz ronca y algo adormilada saliendo de otra caja de plástico—nos llevan a un albergue para animales. Si tienes suerte, te van adoptar.

—¿A un albergue?—Namjoon se quedó en un profundo silencio y frunció el ceño pensativo. Eso significaba que podría llegar una familia a cuidar de él, si eso fuese así ¡Podría presentarse a Nubecita ya como un gato de casa! ¿Cierto?.

Vío al humano, encargado de manejar el carro, subirse y arrancar. Namjoon alzó su rostro, notando como se alejaba de aquella gran mansión y la dueña de Yoongi solo se cruzaba de brazos.

—¿Esa era tu dueña?—preguntó el gato café que se mantenía en la otra caja y le faltaba un ojo—¿Te portaste mal y por eso ya no te quieren?—preguntó aquel gato con poco animos.

—No...esa no es mi dueña, es la que cuida al amor de mi vida—suspiró Namjoon recostandose mientras se percataba del movimiento del carro—¿Y tú, por qué estás aquí?

—Mi dueño me abandonó...porque ya soy un gato viejo, además. En una pelea, me sacaron el ojo y me costaba ver, entonces decidió que era una carga. Es mi culpa...debí ser mejor mascota.

Namjoon se entristeció al escuchar aquello y cuando las luces de los faroles de las calles, lograron pegar dentro del carro, iluminando un poco más el baúl. Vío más cajas de animales y gatos durmiendo adentro. Como si fuera un gran pesar, dío un suave maullido, recostandose.

—Dime...¿Dónde queda ese refugio?—preguntó Namjoon al gato café.

—A cinco horas...es más, vamos a salir de esta ciudad.

Los ojos de Namjoon se abrieron al escuchar aquello y su corazón se rompío en varios pedazos, luego suspiró con más pesar, tal vez era lo mejor. El no podría darle algo a Yoongi más que ratas muertas. Una canción triste se escuchó al fondo, y un gato negro cantó con melancolía al compas de aquella música.

Yoongi estaba boca abajo, maullando de pesar, estaba aburrido, de muy mal humor, hambriento; pero de ciertas cosas, como las ratas

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Yoongi estaba boca abajo, maullando de pesar, estaba aburrido, de muy mal humor, hambriento; pero de ciertas cosas, como las ratas. Su dueña tragó duro al ver que su gato cada día parecía peor, estaba más sensible y uraño. 

—¡Humanaaaaaa, traeme rata rostizadaaaaaa!—maulló Yoongi.

La mujer frunció el ceño; pero al escuchar el sonido del timbre, se levantó de un solo, riendo como toda una dama de sociedad. Yoongi frunció el ceño cuando un aroma familiar se le hizo presente. Su pelaje de la cola se erizó al ver a su prometido.

NAMGI || OMFC!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora