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Yoongi contemplaba a sus pequeños de un mes, caminando y tropezando de un lado a otro. Balbuceaba y apenas decían cosas incoherentes. Jugaban a morder con suavidad y el gato blanco, los miraba con mucho amor. Satisfecho de las hermosas criaturas que había dado a luz.

La dueña en cambio, miraba a esos pequeños y cuatro gatitos, en el parto Yoongi solo dio a luz a tres. Dos de ellos eran blanco, el tercer de manchitas blanca con negro y hubo un cuarto, el cual la dueña encontró tirado a orillas de la calle un dia después del nacimiento de los demás, había sido tirado en una bolsa pequeña, dejando que muriera a su suerte, ese último, un gatito negro completo de pies a cabeza. Razón por la cual, Yoongi optó por tamar al pequeño como su cachorro al recordarle al gato pulgoso.

—Madre mía—comentó la mujer viendo a Yoongi tomar el último gatito, para meterlo de nuevo a la caja—entonces ese gato negro...es el papá, es del único que puedo pensar que lo embarazó.

La hija se acercó al cuarto, dejando al conejito, y al hacerlo, el animalito salió saltando en dirección de unos gatitos blancos de ojos amarillo, para jugar con el mayor de los otros tres.

—Te dije que seguramente eran muy buenos amigos—comentó la hija cruzándose de brazos—¿Qué dijo tú amiga al ver el pelaje de los gatos?

—Pareció sorprendida; pero de allí nada—comentó la mujer viendo a Yoongi tomar otro de sus pequeños que se había vuelto a escapar de la caja—bueno...por otro lado. Tenemos que llevar a Yoongi a la casa de mi amiga.

—¿Qué?—preguntó de un sólo su hija—¿Estás segura de esto?

—Por supuesto.

—Pero mami, no creo que Yoongi quiera acercarse a un gato cuando acaba de tener bebés—comentó la hija.

—Sí; pero...vamos a ver como reacciona.

La mujer se acercó a Yoongi y lo agarró de un solo.

—Yoongi...tenemos que ir a un lado.

—¡NO HUMANA, NO SE TE OCURRA ALEJARME DE MIS BEBES!

Los gatitos vieron como su papi era alejado de ellos y empezaron a maullar.

"Api, api, api" dijeron los gatitos en unísono, corriendo con torpeza al ver que su lechita-además de su papi-se iba alejando.

Yoongi empezó a retorcerse en los brazos de su dueña, hasta que fué metido en su transportador ¿A dónde lo llevaban? Kookie detuvo a los gatitos, evitando que salieran de su nido, tomandolos con cuidado y haciendo lo mismo que había aprendido de Yoongi. Agarrarlos del cuello y meterlos a la cajita.

—Vamos al veterinario Yoongi y de paso, te desparacitamos...

—¡NO HUMANA, ODIO EL VETERINARIO! —maulló más fuerte el gato blanco y se echó a llorar, haciendo el berrinche de su vida.

La mujer sonrió algo divertida al notar que Yoongi había vuelto a su humor normal, estando más activos. Estar con sus cachorritos le habían levantado los ánimos.

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Una mujer abrió la ventana de un cuarto, contemplando los rayos de luz ingresar. Contempló un cuadro de su padre y otras fotos de un gato negro. La mujer sonrió con dulzura, tomando uno de esos cuadros. Escuchó un suave maullido, mirando por sus piernas a su gato viejo Persa, que había sido de su madre.

Su mamá murio primero, dejando aquel gato blanco; pero ella se casó, y su padre no quiso irse con ella, diciendo que no quería ser una molestia, que podía llevarse el gato de su esposa y así hizo ella. Llevarse aquel gato blanco persa que su madre tanto amó. Luego de unos meses, su padre encontró un gato negro y lo cuidó, mandando cada semana una foto de sus aventuras.

NAMGI || OMFC!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora