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—¿me estás diciendo que te robaste a un niño de la calle? —la cara sorprendida de doyoung era suficiente como para darle un toque cómico a su pregunta.
—no lo robamos... —pausó. —lo tomamos prestado.
kun sabía que en efecto, yukhei y el habían tomado al niño, pero en su defensa, el pequeñito tenía hambre y estaba llorando, ambos chinos harían todo por ayudar.
—¡no puede ser! sabes, jungwoo y yo hemos intentado adoptar durante un buen tiempo y tú solo tomas a los niños de la calle, demonios kun, si ese niño llega a tener padres no sabes en el lío en el que te habrás metido. —doyoung tomó de su taza de té y negó con la cabeza.
—renjun es un niño adorable. —sonrió kun.
—le tomarás cariño y cuando menos te lo esperes, ¡boom! llegan sus padres y se lo llevan. —dijo doyoung.
—no seas negativo, renjun se quedará aquí hasta que vengan y lo reclamen... y si nunca lo hacen pues mejor para nosotros, yukhei tendrá con quien hacer desastre en la casa ahora.
doyoung bufó —renjun no es un perro, no puedes poner anuncios de "se busca" en las calles.
—di lo que quieras, renjun se quedará hasta que el decida irse, o hasta que regresen por él, no cambiaré de opinión, no lo llevaré a un centro de niños huérfanos, quien sabe que cosas horribles les hagan ahí a los niños. —kun ni siquiera quiso pensar en eso, le partía el corazón.
—está bien, esta bien. te apoyo en lo que decidas.
doyoung era un buen amigo después de todo.
en la parte de arriba de la casa se encontraba el niño junto con el oso feo, yukhei.
renjun había insistido en quedarse en la sala para dormir, pero los mayores se negaron rotundamente, ¿cómo iban a dejar a tan adorable niño solito abajo? nunca
—¿cuantos años tienes? —preguntó yukhei, arreglando la cama improvisada donde renjun estaría durmiendo.
—uhmm estos. —le mostró su mano con los cinco deditos arriba.
—vaya, ya eres grande, ren.
—me llamo renjun, no ren. —el niño frunció el ceño en un intento de parecer molesto, solo se veía mas bonito. apretó a winko en sus manitas regordetas e infló las mejillas.
—es un apodo, ren.
el niño solo asintió y se lanzó a la cama principal, donde dormían kun y yukhei. —esta cama esta bonita.
—¿te gusta? —el mayor sonrió —me temo decirte que dormirás aquí -golpeó la cama improvisada.
—ah, pero quiero dormir aquí.
—no ren, ahí duerme... uhm ahí duerme la princesa kun. —trató de inventarse una historia para que renjun quisiera dormir en la cama que le había hecho.
—¿la princesa kun? —los ojitos del niño se iluminaron. recordaba que a sus primitas les encantaban las princesas, y a veces el jugaba con ellas.
—si, la princesa kun duerme ahí porque hay una habichuela debajo del colchón, y si logra dormir bien, vendrá el príncipe en la mañana, y le dará un beso de amor verdadero. —yukhei sonrió por lo bajo, cargando a renjun y lanzándolo a la cama improvisada, lo que provocó una fuerte risa por parte del niño.
—quiero ser la princesa renjun. —hizo puchero, pegando a winko a su pecho.
—eres el príncipe renjun, solo que no hay príncipes para ti.
—¿powqué?
—porque el príncipe renjun es muy pequeño ahora. —yukhei le dijo, pasando las manos por los finos cabellos del bebé. —¿tienes sueño?
asintió, cubriéndose con las cobijas color rosa de kun.
—bueno, el rey también, así que dulces sueños príncipe renjun.—le sonrió, para luego salir de la habitación en busca de su novio, kun.
bajo las escaleras silenciosamente, doyoung se había ido hace un rato y solamente estaban los tres en la casa.
—hola. —abrazo a kun por la espalda, sorprendiéndolo en el acto. —renjun se durmió ya.
—yukhei...
—dime, bebé. —posó su cabeza en la de kun, rodeándolo con sus brazos.
—¿deberíamos llevar a renjun a un orfanato? digo, ¿no es muy pronto para meterlo a nuestra casa?
—para nada, mi amor. no podemos dejarlo en la calle otra vez, ¿por cuantas cosas habrá pasado? es tan pequeño aún, creo que lo mejor es que se quede aquí. —besó la mejilla de kun, tomándolo por los hombros.
—tienes razón. —dijo kun —me asusta sabes, ¿que tan si soy un mal... padre para renjun? no quiero que aprenda cosas malas, quiero que sea un buen niño.
