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La cabaña era espaciosa, tenía dos baños, uno en la parte de arriba y otro abajo. Un largo pasillo separaba las dos habitaciones en la planta baja, supongo que arriba habría otras dos. Al fondo del pasillo había una pequeña cocina y una puerta que daba hacia el campo repleto de pinos que rodeaba el campamento. 

Subí rápidamente, quería ocupar la primera habitación de arriba antes que nadie. Al terminar de subir las escaleras, me encontré con una acogedora sala, esta constaba de dos sillones, uno pequeño y el otro para dos personas, de un color café y cojines en un tono acaramelado. Un gran ventanal que daba hacia un balcón con una vista inigualable y a su lado, un librero pegado a la pequeña televisión.

Puse mis cosas en la habitacion que deseaba sin darme tiempo a admirar el interior, me dirigí a la habitación que estaba en frente de la mía, por mera curiosidad.

Unos pasos que subían por la madera rechinante de la escalera me despertaron de mi trance. El chico de cejas pobladas y lentes a la moda, o mas bien dicho "la pequeña celebridad" apareció en el umbral, frente a mi, me observo por un rato y luego se quedó admirando la habitación que yacia tras de mi. Dirigió  la mirada hacia mi y ninguno de los dos volvió a apartarla.

No quería despegar mi vista por la sencilla razón de que algo me decía que este tipo estaba retándome o al menos trataba de intimidarme y definitivamente si alguién iba a retar o intimidar, esa debía ser yo.

Ninguno hablo por largos segundos, parecía un duelo de miradas.

-¿por qué mierda sigues mirandome?- habló con un extraño desagrado.

--porque tu sigues mirandome.--ataqué esperando que se intimidara, pero su mirada solo me hizo estremecer aún más.

-quizá porque me obstruyes el paso. Es mi habitación, así que ahora puedes hacerme el favor de largarte a husmear a otro lado, preciosa.- sus palabras me alagaron, pero en ningún momento lo dijo en un buen tono, la firmeza en sus palabras aún estaba presente.

Me quite de inmediato, avergonzada por la estupidez de si quiera haber pensado que estaba retandome, él sólo quería pasar a su habitación y yo me quede mirándolo como una idiota.

Agachó la cabeza y río un poco, una burla, pensé. Avanzó hacia su habitación con sus maletas en mano, me voltee ya que tenia la impresión de que diría algo, pero solo dejo las valijas en el suelo. Con el brazo se apoyó en la puerta y aún con esa sonrisa burlona me miró

--un gusto sally.- y cerro la puerta de un asotón.

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Mientras desempacaba, escuchaba gritos y risas procedentes de la parte de abajo de la cabaña, bajé por la curiosidad y me encontré con un Liam que parecía divertidísimo acostado en un sofa con las dos chicas Astrid y Annette al lado suyo.

-si, es lo que les digo, uno solo quiere pasar a su habitación pero te reciben con una mirada acosadora.

Era mas que notorio que sabían que los estaba mirando.

Sin embargo, liam no sonreía al contar la anécdota, se limitaba a eso, contarla y ya mientras Astrid y Annette morían de risa con sus chillantes voces. Daba la impresión de querer hacerse el galán.

El sonido de una trompeta o un instrumento parecido, interrumpió el momento indicándonos que saliéramos al patio.

Al salir, todos aquellos jóvenes iban reuniéndose por montones en el centro del campo pastoso. No eramos muchos pero eramos suficientes.

Liam, Noel Is Better Than You?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora