Capítulo 14

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Yoongi

Al entrar al departamento me encuentro con la adorable imagen de Jimin durmiendo en el sofá, la luz de la luna es lo único que alumbra el salón y le llega directamente a su rostro hermoso.

Me acerco cauteloso para no despertarlo y me hinco a la altura de su rostro, le acaricio y arruga su nariz. Alejo mi mano con susto y me siento estúpido por eso ¿Qué importa si me descubre acariciándolo? ¿Qué tiene de malo?

Acerco mi mano nuevamente, pero esta vez se acerca a mi mano, para que lo siga acariciando.

−Hyung – balbucea en sueños y siento los estúpidos celos llenar mi pecho. Sigo con las caricias en su rostro ¿Lo conozco? ¿Es mejor que yo? −. Hyung acépteme por favor – murmura. Quito mi mano y su agarre me detiene de irme cuando me levanté −. Hyung – soltó de forma lastimera y volví mi vista a su rostro lleno de lágrimas. Mi corazón se partió.

Tiró de él y se despierta dejándose arrastrar por mi fuerza. Me mira con confusión mientras me siento y lo atraigo a mi regazo. Esta vez suelta un sollozo estando despierto.

−Jiminie – le digo acariciando la espalda.

−Lo siento – me dice mojando mi camiseta con las lágrimas que aun caen de sus ojos.

−No importa – se acomoda más en mi cuerpo −. ¿Quién es el imbécil que no te acepta?




...




Jimin

Tu idiota... Hubiera respondido si tuviera el valor.

Miré a su cara y secó mis mejillas con sus manos. Sus ojos se ven cansados, pero aun así me consola, eso me hace doler el corazón porque será difícil verlo y estar cerca ahora que no puedo tocarlo como quiero, desmostarle mi amor. No puedo.

El me abraza como si nada hubiera pasado, como si el trato nunca hubiera pasado o como si nunca hubiéramos estado juntos de otra forma.

Verlo después de tres días me hacer dar cuenta de cuanto lo extrañé, y aquí estaba otra vez. Sus manos queman donde tocan y sus ojos cansados calan hondo en mi alma.

−Te extrañé Jiminie – me dijo mirándome con intensidad y mi corazón comenzó a latir rápido. Tomó mi rostro y besó mi mejilla.

Mi cuerpo traicionero se acomodó más contra el suyo rogando por más caricias, mimos y besos. Todos los que quisiera darme.

−Vamos a mi habitación – habla bajo y ronco. Asiento sin saber para que me querría en su cuarto si se supone que ya no debe actuar de esa forma −. Durmamos juntos – me dice con una sonrisa que me hace levantarme de sus piernas.

Lo sigo, viendo su caminar perezoso y lo sigo viendo cuando se desviste frente a mí. Las marcas que le hice hace unos días aun siguen en su cuerpo y comienzo a sentir mi cara caliente. El me mira y sonríe cuando nota que lo miro, quito mi vista y en segundos veo su estómago liso frente a mis ojos. Toma mis manos y las pone en su abdomen.

− ¿Por qué te avergüenzas? Me gusta llevar tus marcas – mi corazón se salta un latido al escucharlo y mi estómago hormiguea −. Durmamos – me dice cuando ve que no diré ni haré nada.

DÉJAME PROBARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora