Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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Me sentía como si estuviera flotando en una nube, había sufrido un cambio emocional muy radical durante toda la semana. Pasé de sentir varias emociones buenas como alegría a principio de semana, luego horror y tristeza debido a lo ocurrido con la foto, y finalmente, una inmensa felicidad tras haber realizado al fin mi primer beso.
Matt, después de quedarse a dormir en mi casa y provocarme uno de los mayores sustos de mi vida con su pesadilla nocturna, dormía profundamente mientras yo me despertaba cuidadosamente para no despertarlo. Retiré la manta de mi lado, estiré las piernas, y me levanté en dirección al pasillo.
Fui al baño, cerré la puerta mientras al mismo tiempo encendía la luz del baño, y me lavé la cara, quitándome las legañas de la cara y mostrando mis ojos color café ante el espejo, hasta que pude lograr enfocar la vista y despertarme al 100%.
Me sequé la cara y me dirigí nuevamente a mi cuarto, era pronto así que decidí no despertar a Matt. Cuando me senté cogiendo el móvil tratando de encontrar una distracción en Internet hasta que se despertase, retomé la mirada hacia Matt, pude observarlo dormir perfectamente y contemplar su rostro de felicidad mientras dormía.
Por un momento pensé, que tras la pesadilla que tuvo ayer, le tocaría vivir un sueño apasionante, hasta que me di cuenta de que el sueño apasionante fue el vivido anoche, en el cual nuestros labios se compactaron de un modo pasional. Lo tenía muy claro, aquella sonrisa que Matt mantenía firme en su rostro, fue por sus actos pasados, y supe que no se arrepentía de lo que hizo, lo cual me gratificó asombrosamente.
Era tan adorable, como un conjunto de cachorros, estuve aproximadamente unos 30 minutos observándole dormir y sin querer desviar mis ojos de él, hasta que finalmente se despertó. En ese momento le saludé, dándole los buenos días mientras él se frotaba los ojos para conseguir despegar sus parpados, y una vez abiertos, levantó la cabeza, me miró y sonrió. Se levantó de su lado de la cama, dio tres pasos hasta lograr estar sentado a mi lado en la cama, inclinó la cabeza hacia mi brazo y me cogió la mano, y mientras me sostenía su mano pálida y suave encima de la mía, se acercó a mi mejilla, la besó y me susurro al oído.
—Buenos días, madrugador— dijo mientras su rostro iba mostrando una sonrisa de felicidad.
Terminada su frase, apartó su boca de mi oído, nos miramos, y tras apoyar mi brazo en sus hombros, reclinamos nuestras cabezas hacia el otro, y esperamos a que mi familia se despertase.
Se dirigió al baño, se lavó las manos después de hacer aguas menores y regresó a la habitación.
Aquella mañana me sentía de gran humor, todo parecía ir a mi favor, en el mismo momento que Matt salió del cuarto del baño y oía como se aproximaba hacia mí, pide apreciar el sonido de toda mi familia despertarse.
Matt y yo nos apresuramos, nos sentamos en la mesa tras preparar el desayuno, y comenzamos a comer cereales.
Mi madre se despertó y llego hasta la cocina, Matt y yo le dimos los buenos días, se sentó a desayunar con nosotros.
Estuvimos jugando y haciendo el tonto con las galletas y los cereales, nos lo pasamos muy bien, y sin que nadie pudiera apreciar nuestras manos unidas bajo la mesa, ocultas por el mantel de la mesa.
Al acabar de desayunar, nos fuimos mi habitación para cambiarnos y recoger el cuarto y salimos al jardín de mi casa para jugar un rato al baloncesto, y practicando tiros en la canasta que mi padre instaló al lado del garaje el año pasado y ala cual me había aficionado mucho.
Después de aproximadamente una hora y media de pura diversión, volvimos a entrar en casa y comenzamos a jugar un rato a la Play Station.
Le presté el mando bueno, y estuvimos jugando unas partidas al Call of duty, y finalmente le terminé ganando.
—No vale has hecho trampas — dijo riéndose, mientras se me tiraba encima.
—No, tenias el mando bueno, lo que pasa es que eres muy malo— exclamé mientras reía descontroladamente.
Acabó tumbándome en mi cama mientras peleábamos y bromeábamos. Me cogió las manos, y empezó a hacerme cosquillas y no podía aguantar la risa, de la extremada locura que sufrimos en aquel momento, ambos nos caímos de la cama y me quedé tumbado con él encima de mí.
—Me alegro de haberte conocido— dijo Matt, mientras me miraba cariñosamente a los ojos tras sujetarme.
—¿Por qué?— pregunté sarcásticamente siguiendo su jueguecito, y mientras desviaba la mirada riéndome.
—Por que eres lo mejor que me ha pasado en la vida— dijo sonrojado, y contento.
—Tú también lo eres para mí, te quiero— le contesté, mientras levantaba mi mano y le tocaba la punta de la nariz cariñosamente con el dedo.
*FIN DEL CAPÍTULO*
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Hasta aquí el capítulo de hoy ¿Qué pasará a continuación? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo. Espero que os este gustando la historia. Si te gusta o no este capitulo o la historia por favor vota o comentarlo, esos mensajes me sirven para saber en que mejorar o no. Hasta la próxima lectores, gracias por apoyar y hacer la historia posible y gracias por seguirme y darme una oportunidad, un saludo.
