Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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Atardeció hasta las 21:45 y debido a que, ni mis padres ni mis hermanos no estaban en casa ya que se habían ido a casa de mi abuela a dormir a la cuál no me interesaba mucho ir porque mis hermanos se ponen demasiado hiperactivos fuera de casa, Luke me preguntó:
—Oye Dylan, si tus padres no están en casa, no te quedes solo ¿Te gustaría venirte a mi casa a dormir?— preguntó Luke amablemente.
—Me encantaría, pero se lo diré a mi madre para que si vuelve a casa pronto y me busca, que no se asuste ¿te importa que la llame un segundo?— Le pregunté a Luke.
—Claro que no, llámala— dijo Luke.
Llamé a mi madre para decírselo, y me contestó que sin problema porque ella conoce a los padres de Luke y se llevan muy bien y confía en ellos, además de que así no me quedaría solo en casa.
—Oye Luke, acabo de hablar con mi madre y ya se lo he dicho— dije a Luke.
—Guay, ¿que te gustaría hacer ahora Dylan? Hay una sesión de cine en poco tiempo, nos da tiempo a llegar, ¿Quieres que vayamos?— me preguntó con una sonrisa en la cara.
—De verdad que me encantaría ir, pero creo que con todo el dinero que me he gastado hoy, yo creo que es suficiente ¿Te parece bien si nos quedamos aquí un rato más?— Le respondí a Luke.
—Vale, ya iremos al cine otro día, no te preocupes, yo también me he quedado pobre hoy— dijo Luke riéndose.
Nos tumbamos encima de una manta que me había traído por si acaso, y nos quedamos contemplando el precioso cielo con estrellas fugaces que se mostraba aquel hermoso día.
Estuvimos viendo las estrellas durante casi una hora, me sentía genial, al fin había encontrado un amigo que me entendía y que sabía como me sentía de verdad, alguien que realmente comprendía mis problemas, pero a pesar de mi confianza con él no sabía de mi secreto aún, ya que estaba esperando al momento ideal para contárselo.
Finalmente, tras contemplar las estrellas, Luke y yo nos levantamos, recogimos todo y nos dirigimos cansados hacia su casa, que se encontraba aproximadamente a unos 25 minutos, pero debido a nuestro cansancio decidimos ir en autobús así que nos sentamos en una parada de autobús cercana a esperar nuestro vehículo.
Esperamos la llegada del autobús durante 15 minutos, y tras un viaje que se nos hizo bastante largo por el sueño que teníamos, bajamos del transporte que estaba vacío por las horas, terminamos llegando a su casa.
Luke abrió suavemente la puerta para no hacer ruido, y sigilosamente debido a que su familia estaba durmiendo nos dirigimos a su habitación, así que al llegar nos cambiamos en la misma habitación, ya que teníamos confianza y no nos importaba cambiarnos delante del otro y me puse un pijama que Luke me había dejado.
Al bajar a la cocina vimos que la luz estaba encendida por lo que su madre estaba despierta, y nos acercamos a saludar.
—Hola señora Flynn— me dirigí hacia la madre de Luke.
