Dylan Stewart, un joven de 15 años, se enfrenta a su primer año en un instituto nuevo. Acostumbrado a una vida controlada y estable, su mundo cambia cuando conoce a Luke Flynn, el otro chico nuevo del instituto, con una cara bonita y una personalida...
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Durante casi todo el trayecto Sofia y Percy estuvieron contando chistes o viendo vídeos de gatos rellenitos en el móvil de Percy, sin embargo Matt y yo estábamos escuchando canciones desde mi móvil, con un auricular cada uno de nosotros. Mientras escuchábamos "Someone To You" del grupo "Banners", nos miramos mutuamente, sonreímos, y nos dimos las manos apasionadamente.
Finalmente, bajamos del autobús y nos fuimos a pie hasta un árbol de doscientos años de vida. Era el único árbol que seguía estable a pesar de las temperaturas, y era mi lugar preferido del Río Nevern.
Después de una larga caminata, y de soportar a Percy quejándose como un niño pequeño preguntando todo el rato si faltaba mucho, llegamos a aquel sitio.
Coloqué dos mantas debajo de el árbol, una para sentarnos encima y otra para taparnos por si las temperaturas bajaban. Mientras Sofia y yo colocábamos todo, Percy y Matt deseaban ir a caminar por encima del hielo porque nunca lo habían hecho y querían hacerlo por primera vez.
Aceptamos y fuimos a caminar por el hielo, Sofia estaba un poco preocupada así que la conté que por el hielo caminaba mucha gente día a día y no pasaba nada, lo que la tranquilizó. Pero aquel día la nieve comenzó a convertirse en granizo y eso provocó que el río se desestabilizase por culpa de tantas grietas que el granizo causaba en el río.
Mientras caminábamos, un trozo de hielo del río se agrietó a los pies de Sofia, y eso la atemorizó descontroladamente.
—¡Ah!— gritó Sofia muy asustada.
Percatándome de lo que estaba sucediendo, decidí coger a Matt de la mano y volver corriendo al lugar donde habíamos dejado nuestras cosas.
—¡Corred, todos al árbol! ¡YA! — exclamé mientras corríamos hacia el árbol.
A medida que corríamos hacia aquel viejo roble, el río se iba agrietando a nuestros pies, estábamos a punto de llegar cuando una grieta atrapó el pie de Matt y lo dejó inmóvil. Sofia y Percy habían conseguido llegar ya, por lo que, a partir de ese instante, solo me centré en Matt.
Dejé de realizar movimientos bruscos, porque sabía que con el mínimo movimiento podría destrozar la única superficie sobre la cual estaba Matt.
—Quieto Matt. Tranquilízate. No te muevas— dije con intención de evitar que se moviera más.
—Tengo miedo Dylan— dijo mientras pequeñas lágrimas por el miedo se comenzaban a formar en sus ojos.
—No te preocupes Matt, estoy aquí— contesté.
Pero en el mismo momento en el que terminé mi frase, el hielo empezó a quebrarse. Rápidamente tiré de él, pero no pude evitar que el hielo se lo tragara. Histérico sin saber que hacer miré a mi alrededor y a parte de ver los rostros de espanto de Percy y de Sofia, logré ver una pala oxidada al lado del árbol, ya que si no recuerdo mal iban a talarlo pero lo declararon símbolo de Crosswell para no acabar con su vida y darle un uso cultural.
—¡Percy!— grité intentando llamar su atención— ¡Tírame la pala!— exclamé.
Percy velozmente reaccionó y me tiró la pala. Al atraparla en aire, y rápidamente corrí siguiendo la corriente que había arrastrado a Matt. Al verle, me adelanté pocos metros, rompí el hielo y cuando pasó Matt lo cogí y lo saqué del agua.
Estaba congelado y no respondía, lo llevé debajo del árbol para evitar que se hundiera de nuevo y comencé a reanimarlo para que volviera a respirar.
—Vamos Matt, vamos respira... Respira— dije entrecortado por mis exhalaciones de esfuerzo al intentar reanimarlo.
Por suerte, tras unos segundos, consiguió retomar el conocimiento y rompí a llorar de felicidad por que no le había pasado nada. Le cogí del cuello, lo puse a mi altura y lo abracé.
—¿Estás bien? ¿Que susto me has dado?— pregunté preocupado.
—Cof, cof— tosió— Si estoy bien— contestó Matt.
—Uf, menos mal— suspiró Sofia.
—Esta es la última vez que haces caso a Percy— dije riendo.
Después de volver a recuperar la conciencia, tumbé a Matt en el árbol, lo tapé con la manta térmica y le eché un poco de chocolate caliente del termo que me había traído en un vaso.
—Toma Matt, está caliente— dije ofreciéndole el vaso.
—Gra... Gra... Gracias— dijo Matt tartamudeando.
—¿Tienes frío?— pregunté preocupado.
—Un poco— contestó helado Matt.
En ese momento decidí quitarme el abrigo, me senté a su lado y nos puse por encima a ambos el abrigo mientras le abrazaba para calentarlo.
—¿Mejor?— pregunté.
—Si. Gracias— contestó Matt
—Descansa— dije mientras frotaba su cabeza con un gorro rojo muy suave y sonreía contento.
Nos sentamos todos en la manta, repartimos la comida y nos pusimos a cenar allí. Acabamos la cena y me senté de nuevo con Matt.
—¿Estás ya más calentito?— pregunté con mi mano en su espalda.
—Si... Solo que...— dijo Matt.
—¿Qué pasa?— pregunté por aquella respuesta— ¿Qué ocurre? ¿Quieres algo de comer o de beber?— pregunté preocupado.
—No, no te preocupes no es eso, es solo que, acércate más— dijo sonriendo picaramente.
—Claro— contesté mientras rodeaba mi brazo por su hombro.
Justo al momento de hacer contacto con su cuerpo, la aurora boreal comenzó a mostrarse y felices, nos miramos unos a otros sonriendo por estar todos juntos ahí. Parecía uno de los sueños que siempre había querido compartir con mi amor imaginario. La luz de la luna, bañando aquel espectáculo que formó aquel fenómeno natural, solo que esta vez... No era un sueño.
*FIN DEL CAPÍTULO*
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Hasta aquí el capítulo de hoy ¿Qué pasará a continuación? Lo averiguaremos en el siguiente capítulo. Espero que os este gustando la historia. Si te gusta o no este capitulo o la historia por favor vota o comentarlo, esos mensajes me sirven para saber en que mejorar o no. Hasta la próxima lectores, gracias por apoyar y hacer la historia posible y gracias por seguirme y darme una oportunidad, un saludo.
