La hermosa chica de cabellera oscura empezó a abrir sus brillantes ojos violentas con pesadez. No estaba en su casa, era obvio, el color beige de la habitación, el olor a rosas de fuuton donde estaba acostada y el rostro de preocupación y alivio que reflejaba Kaien daba a entender de que estaba en otro lado menos en su casa.
— Yuzu, Rukia ha despertado. — gritó desde el marco de la puerta de la habitación. En unos cuantos segundos ella ya se encontraba ahí checando los signos vitales, primero, de Rukia y luego del bebé.
— Todo está bien. — anunció la pequeña hermana colocando el estetoscopio por detrás de su cuello y sonriéndole de forma cálida a Rukia mientras pasaba sus finos dedos por la cabellera de la capitana.
La chica de cabellera oscura seguía sin hablar, quería identificar el lugar pero por más que lo intentaba no llegaba una respuesta a su mente.
— Ah... — soltó Rukia en un intento de hablar pero su garganta está cerrada y lo único que salió de ella fue una especie de chillido.
— Tranquila, estás en la casa Kurosaki. Han pasado tan solo unas horas de tu pelea con Teiboku. Tu bebé y tú se encuentran bien, Yoruichi, Kaien, Urahara y Soi-Fong te trajeron aquí después de que Teiboku te golpeara la cabeza. ¿Recuerdas tu nombre? ¿Me recuerdas? ¿Cuál es tu última memoria? — atacó con serenidad la Kurosaki menor.
Rukia se empezó a reincorporar lentamente hasta poderse sentar, acercó sus manos a su vientre abultado y sonrió levemente al tocarlo con ligereza.
— ¿Puedo ver a Ichigo? — solicitó cuando levantó su rostro.
Kaien se dirigió a la puerta de la habitación, la abrió y entraron cinco personas más. — ¿Recuerdas que Ichigo se encuentra indispuesto en estos momentos? — cuestionó el hombre con seriedad en su rostro. No dejo que la chica contestara pues abandonó el lugar.— ¡Tercera hija! — sollozó Isshin mientras se acercaba a ella para abrazarla pero Karin lo detuvo agarrándolo desde el cuello de su camisa.
— Déjala, debe de descansar papá. — dijo Karin con la seriedad que siempre la caracteriza.
En la habitación también se encontraba Urahara, Yoruichi y Soi-Fong. Todos aliviados al ver que la capitana del treceavo escuadrón se encontraba bien.
Rukia se sentía tan bien de tener a todos ahí, aunque sonara extraño le gustaba escuchar todo el bullicio que hacía la familia. Después de ver a ese pequeño trío de la familia Kurosaki desvío su mirada hacia Kisuke.
— ¿Puedo hablar contigo en privado, Kisuke? — solicitó la chica una vez que ya pudo hablar con normalidad y haciendo que los demás se mantuvieran en silencio. Él solo asintió con la cabeza y los demás abandonaron el lugar para dar privacidad.
— ¿Qué pasa pequeña Rukia, en qué puedo servirte? — dijo Urahara mientras se sentaba loas cerca que podía de ella.
La chica inhaló para agarrar valor y oxigenar su cerebro. — ¿Crees que pueda poner a Kaien como mi teniente? — soltó con nerviosismo.
Esa pregunta dejó a Urahara sin habla, aunque tenía la respuesta a su pregunta, lo directa que había sido lo sacó de su zona de confort.
— Sí. — fue lo único que dijo el señor de cabellera rubia. — Por cierto, ¿recuerdas algo de Ichigo?
Los ojos de Rukia se humedecieron gracias a las lágrimas que empezaron a brotar de ellos y aquella voz que había recuperado momentos atrás se apagó obstruyendo el paso de cualquier sonido al exterior. Agachó su cabeza y negó con el corazón roto.
Urahara lo único que pudo hacer fue acercarse más a ella y abrazarla.
— Quiero verlo, aunque no recuerde nuestro pasado. — solicitó ella con su voz quebrada.
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[+18] [AU ICHIRUKI] «Segunda Oportunidad» Bleach
RandomEn una misión en cubierto en el mundo, Rukia pierde la memoria. Ante las situaciones adversas, Ichigo trata de tomar decisiones maduras tratando de omitir sus sentimientos hacia ella sin embargo será complicado con la aparición de Teiboku, un nuevo...