[+18] [AU ICHIRUKI] «Segunda Oportunidad» Bleach

Capítulo 12: Atardecer.

Contiene OoC.

— Capitán Kurosaki, la capitana del escuadrón 13 está aquí.

Él, que estaba viendo desde el balcón el atardecer de ese día con nostalgia, volteó su rostro hacia la gran puerta de madera de ese lugar y asintió con su cabeza.

Luego el portero abrió más la puerta, para que el delgado cuerpo de la chica pasara con comodidad.

El corazón de Ichigo se aceleró cuando ella ya había entrado completamente.

Rukia se dirigió hacia donde estaba el comandante y se puso de su lado izquierdo con un rotundo silencio.

— ¿Qué piensas de este atardecer? — fue Ichigo quien tomó la iniciativa para entablar una relación.

Ella lo volteó a ver, los tenues rayos del sol que liberaba la gran estrella, chocaban en el rostro del chico, provocando que sus ojos se vieran más claros y brillantes.

Levemente sus mejillas de empezaron a tornar rosadas.

Él volteó levemente su rostro, sólo esperaba la respuesta pero en cambio obtuvo algo mucho mejor, ver las mejillas de la chica de un color, tenue, algo rojizo. Sonrió un poco y luego regresó su mirada donde antes la tenia puesta, en aquellas nubes que estaban de un naranja pastel a un rojo claro con leves toques de amarillo y una pequeña gama de azul claro a un azul marino.

— Los rayos de la luna te sientan mejor, — tomó un poco de aire y continuó — capitana Kuchiki. — lo dijo recordando la noche que ellos dos consumaron su matrimonio.

Los latidos de la pelinegra aumentaron, provocando que bombeara más sangre y sus mejillas se terminarán de tornar de color rojo.

— Yo... — su mente se quedó en blanco, no sabía que decir ante ese "alago" — Para que me necesitaba capitán. — vio hacia el frente, para evitar que su superior no la viera.

Ichigo respiró hondo. Tal vez esa sería la última vez que hablaba con ella de una forma tan amena. A partir de unos momentos sus diálogos serían entre capitán comandante a capitana del treceavo escuadrón.

— Rukia, ¿no recuerdas nada en estos momentos? — le preguntó con una pequeña esperanza en su afligido corazón.

Ella lo volteó a ver, de repente unas imágenes pasaron por su cabeza.

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Él y ella sonriendo, en ese mismo lugar, viendo como el sol se ocultaba entre las montañas. Ichigo se acercaba a su oído y le susurraba un tierno, — Te Amo, Mi Enana. — y le daba un cálido beso en su frente.

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— Ichi... Ichigo...— susurró la pelinegra.

De repente sus piernas se debilitaron, su mirada empezó a tornarse borrosa y su temperatura corporal bajo extremadamente.

Ichigo trato de reaccionar rápido para poder sostener a Rukia entre sus brazos pero no lo logró y el delgado cuerpo de su "ex-esposa" su golpeo fuertemente con el piso de madera.

Después de esto, él solicitó ayuda a las demas unidades para que pudieran atender a Rukia como deberían.