Cuando comencé a dar clases de música en aquel colegio privado siempre pensé que lo haría durante un corto periodo de tiempo. Que pronto alguien me descubriría como una gran voz a la que explotar en el mundillo de la fama y dejaría de aguantar a niños de 5 años que ni siquiera saben tocar la flauta.
De nuevo era septiembre y lo peor es que me habían dado todas las clases de primero, niños de 5 y 6 años que no tenían ni idea si quiera de las notas musicales, así uno no puede trabajar tranquilo.
-Hola chicas y chicos, yo soy vuestro profesor de música, Agoney Hernández, aunque me podéis llamar profe o Ago- dije a la clase apoyado en mi mesa, mirándolos a todos con una sonrisa.
-¿Ago qué?- preguntó un niño con el pelo largo y rubio con cara de no entender nada.
-Agoney, es que, si no lo sabéis, yo no soy de Barcelona- todos dijeron un Ah casi al unísono y para mis oídos demasiado largo.
-¿Y de dónde eres?- preguntó otro crío.
-Soy de Adeje, de Tenerife
-Yo fui allí el verano pasado- dijo una niña que pintaba en un papel, era morena con el pelo larguísimo y tenia unos preciosos ojos marrones.
Seguimos hablando de temas diversos y después de que me dijeran todos sus nombres les pregunté si les gustaba la música y la niña del pelo largo dejó de colorear.
-Mi tío y mi primo saben cantar- la niña, que creo que se llamaba Emma, tenía una amplia sonrisa en su rostro, yo me acerqué a ella y me puse de rodillas para estar a su altura.
-¿A sí?- ella asintió- ¿Y tú sabes cantar?- después negó, aun sin decir nada.
-No, según mi tío es mejor que primero aprenda a tocar un instrumento, por eso está intentando enseñarme a tocar el piano, aunque dice que soy caso perdido, aunque creo que es él que no tiene paciencia alguna, aunque bueno mi padre me ha dicho que me va a buscar a un profesor para que me enseñe, aunque tendría que ser en casa de mi tío ya que mi primo es el que tiene el piano, aunque...
-¿Quieres que sea yo el que te enseñe a tocar el piano y que callemos la boca a tu tío?- lo dije para que dejase de decir aunque, porque si seguía un poco más creo que no terminaría nunca. La niña asintió con rotundidad, me pareció una chica muy espabilada-. Pues perfecto, ¿quién viene a recogerte?
-Seguramente hoy venga mi padre, porque creo que sale antes de trabajar, o puede que sea mi hermano.
-Pues a la salida hablaré con él.
Tocó el timbre y fui a otra clase, Emma era todo un torbellino y la idea de enseñarle algo de música de verdad, y no lo que enseñan en los colegios, me hacía un poco más feliz.
A la salida ví como la chica se acercaba a un chico, seguramente de mi edad por lo que dudé que fuese su padre, y tiró de él hacia mi.
-Profe Ago este es mi hermano Sam- el chico me sonrió, tenía el pelo castaño y rizado y los ojos igual que su hermana-. Sam mi profe me ha dicho que le gustaría ser él quién me enseñe ya que ni el tito ni Raoul lo saben hacer bien.
-Yo no he dicho que ellos no lo sepan hacer bien- me rasqué la nuca-, solo que si necesitáis a alguien que lo haga yo me ofrezco sin ningún problema.
-Enana, sabes que a Raoul no le va a sentar bien que otro te enseñe, pero podríamos hablarlo y mañana te decimos algo- lo último me lo dijo a mi, tenía unas facciones un tanto exóticas y era muy guapo.
-Me parece genial, si quieres te doy mi número y así me avisas cuanto antes- él asintió.
Estaba apunto de irme a dormir cuando la pantalla de mi móvil se encendió.
Hola Agoney, soy Sam, te escribo para que sepas que nos parece una idea fantástica que le des clases a mi hermana pero para que mi querido primo Raoul no se enfade me preguntaba si no te importaría que él le ayudara a tocar el piano y tú a cantar.
Sonreí, como toda la familia fuese igual seguramente el tal Raoul ese, con O, sería de lo más sexi y guapo así que me pareció genial.
Me parece genial, si os viene bien podríamos empezar mañana.
Me mandó la dirección y me dijo la hora a la que tenía que ir, estaba impaciente por enseñar música de verdad.
17:02
*Ding dong*
Una mujer, de unos cuarenta años aproximadamente, me abrió la puerta. Era rubia, tenía media melena y una sonrisa de lo más agradable.
-Tú debes de ser Agoney, Emma no para de hablar de ti, pero pasa, pasa, yo soy su tía, Susi. Raoul y Emma te están esperando arriba- la mujer me hacía gracia, era simpática y muy familiar.
Subí las escaleras y toqué a la puerta en la que ponía RAOUL en negro y dos notas musicales a cada lado. Emma me abrió y me cogió la mano para que entrase rápidamente.
-Raoul- se tiró a la espalda del chico rubio que estaba enfrente de un piano eléctrico y al que aún no le podía ver la cara-, ya está aquí Agoney.
Se levantó y se acercó hacia mi. Rubio, ojos marrones y una barbilla tan marcada que juraría que cortaba. Sonreía sexi que te cagas y tenía un lunar encima del labio. Ahora podría decirte que me enamoré en cuanto lo vi, que su mirada me llego a rozar el corazón y en un solo suspiro nos besamos. Pero eso nunca te ha pasado a ti y lo siento si te digo que no te va a pasar, ja. Lo que si es verdad es que estaba muy bueno, mucho más que Sam y eso que el de rizos ya me parecía bastante guapo.
-Soy Raoul, pero supongo que ya lo sabrás- yo asentí, sonriéndole también, y le estreché la mano.
-Yo soy Agoney.
Dimos la clase con tranquilidad. A Raoul se le había ocurrido cantar Estrellita dónde estás y Emma le dijo que era un completo infantil así que decidió ella sola que tenía que cantar una de Pablo Alborán que para ser sinceros no recuerdo el nombre. Tenía una voz dulce y aniñada, solamente tenía seis años pero seguro que si seguía practicando acabaría teniendo una gran voz. Y no, no tuvimos ningún cruce de miradas fugaz en mitad de una canción que hiciese que nuestros sentimientos saliesen a la luz. Sí que pasamos un buen rato y ambos nos reímos mucho del huracán rubio que era esta chica.
Podríamos adelantarnos, ya que no fue hasta después de dos meses.
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Hoy hablemos de nosotros- Ragoney
FanfictionTodos estamos un poco rotos, un poco llenos, un poco vacíos. Todos somos mitad de algo que siempre esta lleno, o vacío. Todos somos silencio y ruido, luz y oscuridad. Todos somos ese algo inexplicable y a la vez sencillo, tan fácil. Es más allá, mu...