31 de diciembre
Cuando llega el último día del año haces miles de propósitos nuevos; ir al gimnasio, empezar la dieta, dejar de fumar, conseguir tal o no seguir con cual. Yo me propuse quererme, quererme de verdad, para después querer a todos los que pudieran quererme. Nochevieja era tradición desde que había llegado a Barcelona celebrarlo con Nerea y luego salir de fiesta a darlo todo, ni siquiera tenía ganas ese año, pero cuando Nerea llegó el día 27 a casa y me subió los ánimos a, más o menos, el 37% supe que lo mínimo que le debía era no romper con la tradición.-Agoney, que pena que seas gay porque serías el mejor yerno que podría tener- todos los años la madre de Nerea me decía lo mismo, yo le besaba la mejilla y le decía que cualquier persona que estuviera con su hija pasaría un examen primero y que, si yo consideraba que no era lo suficientemente bueno para ella, se iría por donde vino. Y a la mujer parecía valerle siempre mi respuesta.
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Solo un minuto y 365 oportunidades nuevas se abrirán a mis pies.
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Me quiero.Nos besamos entre todos y, cuando Nerea llegó a mi (siempre nos dejábamos para el final) me cogió entre sus manos y me acunó las mejillas, me besó toda la cara y me felicitó el año que acababa de comenzar. Al menos ella y yo si nos queríamos bien.
La discoteca estaba llena de ruido, y también de personas. Todos bailaban como si hubiera sido su único propósito de año nuevo, aunque algunos también se comían la boca. El pelo rubio de Mimi brilló entre la multitud a la que nos dirigíamos, o a la que Nerea me dirigía, y en seguida sentí que Raoul estaba en el mismo espacio.
-Feliz año- gritó Nerea en cuanto nos reunimos con ellos. No solo estaban Mimi y Raoul sino que también estaban su hermano y dos chicas más, una rubia y otra morena.
Raoul me miró, quizás buscando que nuestros ojos se encontraran entre el ruido, pero yo no podía permitirme mirarle a la cara sin besarle el lunar que adornaba su boca, sin lamerlo, sin abrazarle si quiera.
-Estás son Mireya, la novia de Álvaro, y Aitana- saludamos a las chicas y fuimos a pedir algo de beber.
-No me dijiste que vendríamos con ellos- Nerea pedía para ella y para mi, ni siquiera me escuchaba, porque ella sabía lo que significaba en mi ese tono de voz, que me había puesto a la defensiva.
-Deja de quejarte que es el primer día del año- di un largo sorbo al vaso que me acababa de dar y la seguí de nuevo con el grupo.
Raoul llevaba una camisa blanca y unos pantalones chinos negros, pero no sonreía, no tenía los ojos achinados ni me decía amor. Pero seguía estando guapo.
Bailábamos todos juntos pero Raoul y yo parecíamos estar a mil años luz, y su cuerpo seguía enviando electricidad al mío, ¿el también lo estaba sintiendo? Era como si sus labios me pidieran besarlos y sus dedos pidieran espacio en mi piel que tocar, adelante Raoul hazme lo que quieras.
Cuando ya llevaba tres copas, o tres copas de más, decidí salir a tomar el aire, estaba bastante mareado, quería comerle la boca a Raoul, que fuera mi primer beso del año, y ni siquiera sabía si lo que más me mareaba era la idea de besarle, o de no poder hacerlo.
-Feliz año Ago- dijo llegando a mi lado. Si, era como si una parte de mí supiera que saldría detrás de mi cuando lo hiciera, por eso salí, porque inconscientemente quería que me siguiera a cualquier lado.
-Feliz año Ra-o-ul- su cara fue adornada por su risa, y su risa por sus ojos achinados. Y mi corazón dio saltitos de felicidad al verlo.
-Te he echado de menos- yo suspiré, como si sus palabras pesaran demasiado, porque en realidad si que pesaban.
-Venga ya, ni siquiera me has escrito- ni tú a él.
-Me dijiste que me fuera.
-Pues quería que me comieras la boca.
-Agoney mis padres saben que soy gay, se lo he dicho, he estado estos cinco días entendiéndote, intentándolo al menos. Tenias razón, no debemos escondernos, nunca, debemos ser personas libres joder, nunca había sentido esto que siento por ti Ago, no me dejes.
-Pero yo he dejado de quererme por tu culpa- ni siquiera sabía cuando había empezado a llorar.
-Lo siento, lo siento, sé que has dado más que yo, lo has dado todo. Pero te prometo que si me dejas podemos hacer que te vuelvas a querer, que salga bien, tiene que salir bien- cogió mis manos y la electricidad de sus dedos hizo latir mi corazón rápidamente.
-Solo han pasado seis días, no podemos superar esto tan rápido ¿no? Se supone que deberían pasar un montón de días, no venga, seis y se arregla.
-¿Y qué más da cuantos días pasen amor?- amor- Yo sé que quiero estar contigo y si tú me dejas prometo hacerlo bien, solo he necesitado seis días para saberlo. Ni siquiera seis, justo en cuanto llegué a casa el 26 se lo dije.
No podía ser, ¿sería tan fácil?
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Hoy hablemos de nosotros- Ragoney
FanfictionTodos estamos un poco rotos, un poco llenos, un poco vacíos. Todos somos mitad de algo que siempre esta lleno, o vacío. Todos somos silencio y ruido, luz y oscuridad. Todos somos ese algo inexplicable y a la vez sencillo, tan fácil. Es más allá, mu...