Japón, Tokio.
Yuichiro después de una ardua y extenuante pelea contra Saito, por fin pudo adueñarse de la última daga, la última que le faltaba por poseer y así convertirse en el contenedor de todas las trompetas del apocalipsis y al fin matar a ese demonio que estuvo controlando a los Hiiragi por tanto tiempo.
Habían pasado muchas cosas desde que obtuvieron la sexta daga, la cual pertenecía a la hermana menor de Kimizuki. El Hyakuya junto con todos los demás tuvieron que entrenar más duro para que el azabache pudiera controlar de mejor manera su lado Serafín y sin mencionar la ayuda que Asuramaru le daba desde su interior. Las cosas cada vez se volvían más peligrosas y ahora que tenía el poder para enfrentar a ese monstruo, todo iba a ponerse peor.
- ¡Shinoa, Mika, Kimizuki, Yoichi, Mitsuba! Quiero que se oculten, esto será peligroso- gritó a sus amigos y familia al ver como el monstruo salía de dentro del general del Ejercito Imperial Demoniaco Japonés.
Todos miraron incrédulos el poderoso ser que estaba frente a ellos, su sola presencia emanaba poder y eso solo era el principio.
El tiempo pasaba y todos miraban incrédulos, nadie podía dar crédito a lo que estaban presenciando, era un batalla a un nivel totalmente diferente al que conocían o estaban acostumbrados. Humanos y vampiros no eran nada frente a esas dos presencias divinas que estaban peleando, Yuichiro que luchaba con todas sus fuerzas lo único que lograba hacerle a su adversario eran simples rasguños comparado a los golpes que él recibía.
Mientras más se extendía la pelea más entendía que todos sus esfuerzos eran inútiles. Debía hacer algo y rápido, se le estaban acabando las fuerzas y su cuerpo estaba totalmente destrozado a pesar de que se curaba, la regeneración estaba llegando a su límite, por lo tanto, su cuerpo empezaba a mostrar signos de los daños que recibía.
Jadeaba exhausto mientras volaba frente a ese monstruo que no parecía estar ni cansado ni dañado, solo estaba ahí como si nada pasara. Luego de unos segundos el ser comenzó a hablar.
-Jajajaja.
- ¿De qué te ríes? – preguntó el azabache enojado por su actitud.
-Hmm, o no es nada. Es solo que yo se tu nombre, pero tu no sabes el mío- respondió.
-Entonces ¿Cuál es tu nombre?
-Me llamo Sika Madu, aunque Shinoa me conoce como Shikama Doji.
- ¡¿Qué?¡ ¡¿Conoces a Shinoa?¡ - exclamó sorprendido el Hyakuya.
-Si, la conozco desde que era niña- respondió con una sonrisa.
- ¡¿Cómo era cuando niña?! – cuestionó curioso.
-Era realmente linda e inocente, parecía una muñeca de porcelana.
El azabache estuvo a punto de volver a preguntarle otra cosa hasta que recordó que la persona que tenia en frente era su enemigo.
- ¡¿Qué estoy haciendo?! – gritó -Se supone que eres mi enemigo.
-No le veo el problema en que hablemos. Además, si quisiera matarte lo hubiera hecho hace mucho.
Yuichiro supo que no mentía, que podía matarlo en cualquier momento, pero por alguna razón aun no lo hacía.
- ¿Por qué no lo has hecho? – preguntó.
-Porque quiero que me mates- respondió.
- ¡¿Quééééééé?! – exclamó con total asombro e incredulidad - ¿Por qué querrías eso?
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Yuichiro el Serafin Demonio (Crossover)
FantasyHyakuya Yuichiro tiene que abandonar su mundo como sacrificio para salvarlo, pero con la ayuda de Sika Madu logra viajar a una dimensión diferente, una donde hay demonios, ángeles caídos y ángeles. Una dimensión donde podrá empezar de nuevo, y conoc...