Cap. 17

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La reina Seelie casi nunca miraba hacia el mundo de los cazadores de sombras, de hecho, ni siquiera le importaba mirarlo, con que su reino estuviera bien, ningún lugar fuera de ahí le importaba. Claro que para ella que su reino estuviera bien era que cada que una copa se vaciaba, alguien la llenaba de inmediato, tener tanta comida como para los banquetes diarios en su nombre.

Fue así hasta que Jonathan Morgestern se presentó en su corte, nadie supo que fue lo que hizo que su amada reina prestara atención a un cazador de sombras, hasta que se supo lo de su sangre de demonio, el chico pasaba horas cortejando a la reina, y ella parecía complacida. Pasaron semanas así hasta que Jonathan le dijo su plan, usar uno de sus puentes para ir a la dimensión del infierno, una dimensión totalmente diferente, donde los cazadores de sombras habían desaparecido por completo.

La reina le tenia un raro aprecio a Jonathan, por lo que dejo que pasara, sin saber que su hermana lo acompañaría, su hermana, quien no estaba enterada de la relación entre la reina y su amado. Jonathan solo le había dicho que la había convencido, pero nunca que él había tenido una relación carnal con ella.

Roze y Jonathan se encontraban afuera de la corte Seelie, no se irían hasta que su plan estuviera completo, pero debían preparar su estancia, Jonathan había convencido a Roze de que la reina solo fue amable. En la entrada había un montón de hojas, y caballeros custodiando, todos al ver a Jonathan le hicieron una reverencia pero miraron de cierta forma incomoda a su hermana. Roze ni siquiera se digno en mirarlos, llevaba la cabeza alta y tomaba el brazo de su adorado hermano. Siguieron un camino de flores, hojas y enredaderas, al entrar al reino Seelie, según algunos humanos torturados por los recuerdos, veían todo especialmente hermoso, Roze no presto atención en ninguna cosa, para ella, lo mas hermoso, era el chico que estaba a su lado, ademas, la sangre de demonio en sus venas hacia que viera las cosas como eran.

Ambos caminaron un largo rato, custodiados por cerca de diez guardias, no eran suficientes, pensó Roze, quien podía acabar con todos en menos de lo que ellos pensaban, pero no le tomo importancia. Al final del camino había una cortina de enredaderas, traspasaron estas y se encontraron con la melena pelirroja de la reina.

Al ver a Jonathan esbozo una macabra sonrisa, pero titubeo un poco al ver a la chica a su lado, la conocía si, pero no le daba tanta importancia, aunque la curiosidad se adentro por su piel, ¿Qué hacia ahí? 

-Jonathan, amor, creí que ya no vendrías -dijo la reina en voz tan tranquila- estaba apunto de enviar a buscarte

-¿Amor? -susurro Roze en un tono bajo con el cual solamente Jonathan la escucho y apretó su cintura con la mano.

-Déjame hablar, no hables si no te lo digo y no vayas a hacer una escena -dijo con tono autoritario- Reina, ella es mi hermana, Roze...

-Una cazadora de sombras -dijo haciendo un gesto restando importancia a el nuevo descubrimiento- a mi me importas tu, cariño, no tu hermana...

-Te ruego respeto para ella, no es tan débil como crees -dijo en un meloso tono que ocultaba advertencia- pasaremos rápido y regresaremos en menos de tres días -comento rápido sintiendo como Roze comenzaba a encajar sus venenosas uñas en su antebrazo.

-¿No tienes tiempo para una ronda antes de irte? -pregunto la reina quitándose la fina bata que la cubría- no creo que a la dulce Roze le moleste esperar...

-Si me molesta -Dijo ella con un voz cortante- nadie me hace esperar, ni siquiera mi hermano y una reina cualquiera -dijo en tono amargo.

-Soy la reina de las hadas, niña tonta, estas en mi territorio y te atreves a insultarme -contesto con la misma tranquilidad, pero se notaba el enojo en su voz.

-Tu territorio sera mio, y te tendré arrastrándote a mis pies para pedir piedad por tu gente y por tu cuello -dijo Roze venenosa- después te cortare las bonitas alas que escondes con un fuerte hechizo y las tomare como un trofeo.

-¿Como te atreves a amenazarme a mi? Soy mucho más vieja que ustedes, más poderosa, tengo más conocimiento, más estrategia y más soldados a mi mando -contesto levantándose de su silla aunque algo sorprendida por que Roze pudiera ver sus alas.

-Tal vez en muchas tienes razón, pero no en una, yo soy el ser mas poderoso que piso la tierra, y no voy a temer demostrártelo -contesto Roze con furia, mientras soltaba el brazo de Jonathan y se ponía en el centro del salón del trono- entonces, tendré tus alas, tus soldados y tu reino.

-Bien, señoritas, esta riña puede esperar, hay mas cosas que hacer -interrumpió Jonathan calmando instantáneamente a Roze- me tengo que ir ya, mi reina, pero volveré pronto.

La reina solo hizo un gesto para que se retiraran, enviando una mirada llena de veneno a Roze, quien le aguanto la mirada hasta que la perdió de vista. Seguía a su hermano de cerca, ¿como se atrevía ese idiota? ¿Quien creía que era ella como para acostarse con la reina? ¡Ella era su reina! ¡Él debería adorarla a ella! No a ese intento de reina. La tierra comenzó a temblar con los incontrolables temblores de Roze, logrando que Jonathan la mirara.

-Querida mía, no es hora de ponerse celosa, hice lo que necesitaba para conseguir lo que quería, ya deberías saberlo 

-Me mentiste hermano, me engañas, ¡Yo soy tu reina! ¡Yo soy tu dueña! ¡No hubieras logrado nada de esto sin mi, hermano! Quiero que recuerdes eso, y cuando lleguemos a nuestro futuro hogar, me vas a pagar este desliz, ¿crees que voy a dejar que me engañes para lograr lo que quieres? ¿Crees que soy tan tonta? -dijo mirando sus ojos y tomando su mentón tan fuerte que se escucho el crujido de su mandíbula al romperse- Debes aprender a respetarme, querido hermano, ¿crees que tu eres el único que sabe torturar?

-No... -contesto Sebastian con un hilo de voz- mi dulce niña, suéltame y perdonare esta blasfemia...

Antes siquiera que Jonathan lo pensara, Roze lo había soltado, y con una velocidad imposible hasta para él, le regalo un puñetazo en la cara, fue el primero de muchos, Jonathan no podía ni ver de donde llegaban los golpes, solo los recibía y cada vez que uno llegaba, lo dejaba de rodillas. Roze ya no pensaba en lo que hacia, solo tenia en mente a su adorado hermano acostándose con la asquerosa hada. Después de la lección a su hermano, cazaría a la tonta hada, pero aun no terminaba.

Jonathan se encontraba tirado en el suelo de piedra por un camino que daba al puente que los llevaría a la otra dimensión, pero no podía moverse, jamas le habían dado una paliza tan fuerte, ni siquiera su padre lo había hecho de esa manera.

-Deberías aprender bebe, que no solo tu eres celoso, y que no solo tu puedes darme lecciones, cuando te vuelvas a meter con alguna otra chica que no sea yo, te haré beber tu propia sangre después de darte la mejor paliza de tu vida. Tu podrás ser el mayor, pero corazón, yo soy la mejora, tus defectos no están en mi, aprende querido y que no se repita, me lastima hacerte esto pero te lo mereces -dijo Roze poniendo una de sus botas con tacón en el hombro de su hermano- ahora levántate, tenemos una misión.

Jonathan no sabia lo que había despertado en su hermosa hermana, pero cada golpe, le hizo amarla mas, quería poseerla de lo excitado que estaba en ese momento, casi moribundo, mientras veía su gran cadera moverse al caminar para seguir su camino.


Gemelas separadas (shadowhunters)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora