Capítulo 2

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Cada sector en la Academia era diferente, tanto en sus enseñanzas como en su diseño. En el Sector del Sigilo, por ejemplo, todo estaba segado de construcciones y edificios vacíos, los cuales se utilizaban como zonas de entrenamiento. La casa de Chi se encontraba a las afueras del sector, cerca del muro que bordeaba con la Zona Central. La mayoría de los alumnos vivían en los dormitorios del Sector, pero gracias a Hikami nadie cuestionaba la razón por la que Chi tenía casa propia.

Después de ser asignada al Sector del Sigilo y recibir su nombre, Hikami puso a Jack y Rax a cargo de cuidarla. Fueron ellos los que encontraron la casa de madera que Chi llamaba hogar.

Dejó escapar un suspiro. No podía parar de pensar en el examen y en lo mucho que se arrepentía de haber querido ganar. Se había dejado llevar... ¿Y para qué? ¿Para impresionar a Mara? No. Lo cierto era que había sentido culpa... Culpa porque sabía que si Mara suspendía el examen lo haría por su culpa, porque había decidido no ayudar.

Pero... Después de tantos años de esfuerzo y de burlas por parte de sus compañeros, por fin había demostrado lo que sus instructores sospechaban, que no era una inútil, que no era estúpida ni débil. Jamás la expulsarían de la Academia, tendría que aguantar años más de tortura en aquel infierno, sin saber que había más allá del océano que les rodeaba.

La Academia, la escuela para los jóvenes Volkai más prometedores y dotados de las tres naciones, se encontraba en una isla en medio del océano... completamente aislada del resto del mundo.

En aquellos momentos Chi se encontraba tan ocupada regañándose a sí misma, que no vio la figura que se acercaba por detrás. No fue hasta que el chico estuvo a un par de metros de ella, que escuchó sus pisadas y el rápido latir de su corazón. Chi se dio la vuelta, solo para ser recibida por un puñetazo en el estómago.

La joven trastabilló hacia atrás, perdiendo el aliento. Tuvo tiempo de alzar los ojos hasta el rostro del Landom antes de que este la embistiese, empujándola colina abajo. Chi rodó por la hierba varias veces antes de conseguir detenerse... Pero el joven ya estaba allí. Le dio una patada en el estómago, manteniéndola en el suelo, antes de sentarse sobre ella.

—¿Landom...?

—¿De verdad crees que puedes ir por ahí poniéndome en ridículo? —gruñó, mientras forcejeaba con la chica. Chi dejó que le sujetase las muñecas sobre la cabeza, sin querer que la situación empeorase—. ¿Pensabas que no iba a haber consecuencias?

—Solo estaba intentando que no perdiésemos —respondió ella, con voz entrecortada.

La joven recorrió los alrededores con los ojos...

Estaban solos.

Era la primera vez que Landom iba a por ella sin el apoyo de sus compañeros... y no sabía si eso era bueno o malo. El chico sostuvo las muñecas de Chi con una sola mano, mientras que con la otra le sujetaba el rostro, obligándola a mirarle.

—¿Por qué eres tan estúpida? —preguntó como si de verdad estuviese esperando una respuesta. Su mandíbula estaba tan tensa que sus dientes prácticamente rechinaban al hablar—. ¿Por qué no solo abandonas? ¿Por qué no te vas?

Chi supo al mirarle a los ojos que no iba a poder razonar con él. Nunca había podido hacerlo. El resentimiento que Landom sentía hacia ella no era ni lógico ni fundado... Cuando algo no le iba bien, de una forma u otra, era siempre culpa suya. Fue por eso por lo que dejó de pretender que Landom tenía la fuerza necesaria para retenerla.

Sin esfuerzo alguno liberó sus muñecas y abrazó las caderas del joven con las piernas, rodando sobre su costado hasta estar encima de él. Landom la miró estupefacto mientras intentaba comprender cómo una chica de su tamaño había conseguido moverle sin esfuerzo.

Academia De Bestias (ADB #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora