Capítulo 11

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No podía concentrarme en nada. Le daba mil vueltas en mi cabeza a lo que acaba de ocurrir con Lisa. Dalton y Dax parecían ignorarme y lo tomé como una ventaja para levantarme e ir a buscarla.

Con cada paso que daba sentía las piernas entumidas. Me dirigí al lugar en donde Lisa me había llevado una vez con la esperanza de encontrarla ahí.

En cuanto puse un pie en el pasillo pude escuchar los gritos provenientes del sitio en donde las chicas se cambiaban. Apresuré a mis pies a llegar y abrí la puerta sin tocar.

-¿Qué demonios...?- ni siquiera pudo terminar la frase la persona frente a Lisa porque en cuanto me vio se abalanzo hacia mí.

A pesar del alcohol que corría por mi cuerpo pude esquivar el golpe que este me lanzó. El por el contrario no tuvo tanta suerte cuando me lancé sobre él para derribarlo en el suelo. Apenas tocamos el duro piso sentí unas manos que me golpeaban la espalda, acompañados de unos gritos. Cuando comprendí que se trataba de Lisa me detuve.

Mala idea.

El dolor llegó después de sentir como la sangre brotaba de mi nariz.

-¡Detente Tom!-gritó Lisa empujándolo.

-No te metas Lis-

-¿Lis?- pregunté llevándome una mano a la nariz para limpiarme el líquido que escurría de esta.

-¡Tyler cállate!-ordenó.

Lisa me ayudó a levantarme mientras me alejaba del otro tipo.

-No te quiero ver cerca de ella otra vez- me señaló Tom.

- ¿y tú eres?- pregunté.

- No te metas conmigo niño, estas advertido-.

-Tom déjanos solos – dijo Lisa.

-¿Qué?-inquirió sorprendió el susodicho.

-No lo voy a repetir Tom, déjanos solos-.

Sonreí.

-Sabes que él no puede estar aquí Lis- le recordó este.

- Lo sé, yo me encargo de eso-.

Se esfumó mi sonrisa.

Tom pasó a lado mío sosteniéndome la mirada.

-Que sea rápido- dijo antes de cerrar la puerta tras él-.

-¿Quién es ese tipo, tu novio acaso?- cuestioné.

-No es mi novio, solamente me cuida-.

Me recargué en lo que parecía una mesa repleta de cosas de chicas.

- ¿Y porque debe cuidarte?- la interrogué cruzándome de brazos.

Hubo una larga pausa, en la cual nuestras miradas se cruzaron más de una vez.

-Tyler no puedes besarme-dijo al fin.

Suspiré pasando mis manos por mi cabeza.

-Sé que no debí hacerlo y que para ti estuvo mal-tragué saliva – Pero no me arrepiento- agregué.

Por instinto se llevó una mano a la boca. Cerró los ojos.

-No entiendes – pasó un dedo por su labio que yo antes había mordido. –No puedes besar a ninguna chica aquí, ni tocarla - abrió los ojos.

Fruncí el ceño.

-Reglas -añadió.

-Eso lo entiendo, pero fuiste tú la que prácticamente se me echo encima-.

Lisa © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora