Capítulo 17

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Esta noche me encontraba en casa mirando una película con Robert, llevábamos un buen rato holgazaneando y era lo único que pensaba hacer toda la noche. Mi padre llegaría hasta muy tarde ya que el día de hoy tenía una convención.

-¿Tyler puedes hacer más palomitas?- preguntó mi hermano desviando su vista de la televisión.

Lo observé por un momento y pude ver un atisbo de ella. Pensamientos de todo tipo comenzaron a invadir mi mente, mi madre era mi maldito punto débil aunque no quisiera aceptarlo. Estaba harto de recordarla en Robert, aunque él no tuviera la culpa, se parecía tanto. Mi hermano era lo único bueno que mi madre me había dado y no estaba dispuesto a manchar eso con su maldito recuerdo.

Sacudí mi cabeza alejando malos recuerdos.

-Claro enano- dije incorporándome del asiento.

Me dirigí a la cocina y metí en el horno de microondas otro paquete de palomitas, por unos instantes me quedé observando cómo la bolsa se inflaba con cada maíz que reventaba, despabilando me dispuse a servirme un vaso de agua cuando el timbre sonó, fruncí mi ceño pensando en quien podría ser. Últimamente las visitas que recibía eran muy inusuales pero aun así me encaminé hacia la entrada.

Abrí la puerta esperando cualquier cosa. Y en definitiva la persona que estaba ahí en la entrada de mi puerta no era habitual, pero tampoco me sorprendía del todo.

-¿En que puedo ayudarte Luca?-lo cuestioné.

- Quiero que quede claro que no soy el chofer de nadie –hizo una pausa- pero mi hermana me pidió que viniera a buscarte-refunfuñó.

Eso era algo nuevo para el repertorio de cosas que no comprendía de Lisa.

-¿Por qué?-fruncí los ojos.

-No sé, simplemente sigo instrucciones, y si no quieres que te obligue a subirte al auto será mejor que cooperes-.

Estaba más confundido de lo normal pero sopesé lo que estaba diciéndome. Esa chica realmente no sabía lo que quería y yo parecía ser el idiota que le seguía el juego. Me giré y miré hacia el lugar en donde estaba Robert.

-No puedo dejar solo a mi hermano- señalé hacia el interior de la casa.

- Llévalo contigo, no creo que eso le importe a Lisa- contraatacó Luca.

Me quedé inmóvil por un momento, ¿realmente estaba dispuesto a ir? , sólo porqué Lisa quería. Desde que la conocía se había dedicado a decir las cosas más hirientes y dolorosas que pasaban por su mente , pero también estaba el hecho de que parecía que teníamos una fuerte atracción y eso era algo que no podía dejar pasar.

-¿Vienes o te quedas?- me preguntó Luca irritado.

-Aguarda un momento-.

Me giré y corrí hasta la mesa en donde había dejado mi celular y las llaves de la casa.

-Robert ponte los zapatos y vámonos- ordené.

Mi hermano me miró sin comprender absolutamente nada mientras guardaba mis cosas en el bolsillo de mi pantalón.

-¿A dónde vamos?- me interrogó.

- En el camino te explico-.

Apagó la televisión y se colocó nuevamente los zapatos sin rechistar, al llegar a la puerta tomé del perchero nuestros respectivas sudaderas y salimos.

Luca esperaba en el automóvil al tiempo que se fumaba un cigarrillo, hacia más frío que el día anterior y calaba en los huesos, como si cientos de agujas se enterraran en tu cuerpo al mismo tiempo. Nos subimos al vehículo apresuradamente buscando un poco de calor, Luca se puso en marcha al tiempo que ponía la calefacción y tarareaba una canción que sonada en la radio.

Lisa © (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora